viernes, noviembre 30, 2007

Más memes (mememás)

Pues que estaba yo tan tranquilo por aquí, leyendo el blog de Coco Violante, y me encuentro un meme y una propuesta maligna para desarrollarlo. Como que no sé decir que no y, lo que es más, a Violante soy incapaz de negarle nada, pues ahí que te va.

Coge el libro mas cercano, ve a la pagina 18 y transcribe la línea 4:

[mi]les. Una corriente ha llegado a su extremo, a su conclusión y ha[brá]

Ha sido difícil: tenía un libro a cada lado, y debajo del que he escogido, un cómic. Si llego a girarme y enfrentarme a la librería, me habría colapsado. El extracto es de El cuaderno dorado, edición (rapidísima) de bolsillo tras el Nobel concedido a Doris Lessing. Otro para esa Pila en expansión adiabática.

Cuenta lo último que viste en la tele:

¿La convencional? Lo último que vi, con intención de ver (es decir, que generó un recuerdo) fue un capítulo de Cuestión de sexo, porque el tema es ciertamente atractivo (¿y a quién le amarga un dulce?) y porque Guillermo Toledo es un pedazo de actor que, por sí solo (y, por desgracia, en ocasiones así pasa en esta serie), es capaz de dar vida a cualquier representación. Pero me decepcionó que el del martes fuese un resumen de lo acontecido en la temporada.

Ay, no, espera... el capítulo de ayer de la tercera temporada de House. Pero es que hacía meses que lo había visto en V.O. y en descarga...

En YouTube, el capítulo de la semana pasada de Enjuto Mojamuto.

Y en descarga, el segundo capítulo de la primera temporada de Curb Your Enthusiasm. ¡Cómo me llegué a reír con las vicisitudes a causa del inoportuno doblez del pantalón en... allá!

Aparte del ruido del ordenador, ¿qué más se escucha en este momento?

Aparte de las cáscaras de pipas de girasol reventando... "Pure Honey", de The Mountain Goats, en reproducción en la radio del tag indie en Last.Fm.

¿Cuando te reíste por última vez?

Pues hace un momento, metiéndome con Nuria porque llegaba tarde al gimnasio. Antes, con ella y con una amiga, y antes con unos cuantos amigos más, con un chiste muy malo que les he contado (como si contase de otro tipo).

¿Qué hay en las paredes donde te encuentras ahora mismo?

Enfrente mío, dos estantes llenos de libros, y con los altavoces de la minicadena, un dragón incensario que me regaló mi amigo Lemita, y el trofeo del Domingo Santos del 97. Detrás, una estantería con muuuchos libros. A la izquierda, la ventana, y a la derecha, un póster enmarcado de la edición especial de Star Wars. A New Hope.

¿Como estas vestido/a en este momento?

Joéee... Pantalón de chándal de felpa verde oscuro, camiseta blanca y polar gris. Violante, ¿por qué me has hecho esto...?

Algo que los bloggers no sepan sobre ti:

Uy, mucho, y en su mayor parte cosas que no les incumbe más que a mis amigos. Pero a vosotros os lo cuento ante unas cañas.

¿Cómo son tus manos?

No muy grandes, no muy fuertes, de piel seca, agrietada cuando aprieta el frío... y con dos vellitos en la falange media del dedo anular de la derecha que a Nuria le hacen mucha gracia.

¿Qué ves desde tu ventana?

Pues lo que se ve en la cabecera de este blog. Ahora, de noche, es un perfil negruzco salpicado con poquitas luces sobre un fondo pardo, teñido de un naranja sucio debido a las luces de Barcelona que contrasta mejor el perfil de la sierra. En primer plano, por debajo del nivel de la ventana, las casitas de entrente, ventanas iluminadas atenuadas por las cortinas, y silencio. Aquí se puede verlo y disfrutarlo.

¿Qué imagen podría definirte?


Ni me parezco físicamente, ni canto ni mucho menos tan bien como él, pero como Freddie, soy un tímido compulsivo con muchas cosas que decir y con ganas de comerme el mundo.

Ha llegado el momento de buscar víctimas propiciatorias... Juanma, Helena, Pau, Manu y Nacho.

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domingo, noviembre 25, 2007

El verano del Summercase (y 6.ª parte)

Supongo que fue en aquellos momentos de relax, tumbados en la ladera frente a la Terminal E, hablando de libros (¡cómo no!) y de lo divino y lo humano, que liquidé uno de los bocatas que me había traído al recinto. Porque, no os lo perdáis, el peor momento del festival lo vivimos la noche anterior: esa media hora larga para un par de bocadillos de miga compacta que no pasaba ni vaciando todo un barril de cerveza. Para unos precios de infarto, la comida era digna de un establo (y yo no alimentaría a los animales con eso: me parecería crueldad animal), y la bebida... Hice caso de un buen consejo, y ese día me guardé un par de tapones de agua en el bolsillo. Así, al hacerme descartar el tapón de la botella de agua (gilipollez supina donde las haya, porque en el recinto te servían la botella con el tapón), la restituí en cuanto me alejé unos pasos del control de acceso. Iba a pagar yo 3 euros por botella, sí. Ja.

A lo que íbamos: tras descansar con Air, nos dirigimos de nuevo a la Terminal S. Las sensaciones sobre el concierto de los franceses me dejaron más tarde un regusto amargo: no apostábamos por el regreso de los OMD pero, por lo que nos comentaron amigos que sí que estuvieron, fue un show vigoroso y de calidad. Electrónica por electrónica, nos decantamos por la actual en vez de la naftalinosa de los ochenta. Lástima. Otra vez será.

Eso sí, de camino hacia la carpa del infierno, ninguno de los cuatro hizo amago de ir a ver a los Kaiser Chiefs. Y no es que no me gusten: me parecen simpáticos, pero que su discurso musical es simplemente para pasar el rato. Me gustaron cuando telonearon a los U2, pero no pagaría por verlos. Por otra parte, su tirón mediático contribuiría a arrastrar a aquellos que no conocen a los americanos !!! (léase chk chk chk). Ya comenté por aquí mis impresiones sobre el que, quizá, sea el álbum más redondo del año. Y si en directo eran capaces de traducir la sexualidad y la energía del Myth Takes con un mínimo de contundencia, el concierto prometía.

Superaron con creces mis expectativas. Y creo que las de todos los que disfrutamos de esa hora larga de baile, sudor y provocaciones, que hace poco reviví (pero con un sonido infame, no como en el verano). Igual que en el caso de The Gossip, vimos a un tipo con bigote y bermudas que empieza a probar la batería. Un bombo, otro, platillos, redoble, repiqueteo, flojito, fuerte, más fuerte, redoble rápido, un ritmo parecido a la canción "Myth Takes", aparece otro tipo, otro operario de sonido, creíamos, otro, otro, se sitúan en dos sets de percusión, al bajo, salen dos tipos más... y es que aquello ya era el "Myth Takes". Y cuando se miran los siete tipos y el batería asiente, ¡madre mía del Amor Hermoso, vaya tsunami sónico! El arranque fue arrollador, pero es que ni en los temas de tempo más moderado bajaron la intensidad. Y en cabeza un larguirucho de constitución relajada (barriga cervecera, vamos), con shorts dignos de Magnum, gesticulando cual Jarvis pero sin su elegancia, bailando como Betty Boo, y provocando (almost, almost... almost like in Madrid; ¡qué capusho!. O el you Barcelonian people, is this what you do on Saturday night? Take some drinks, chat a while... I've been in Barcelona twice and it was fucking awesome. What happens tonight? Oh, your pussy queenies..., o algo similar). ¿Resultado de las continuas provocaciones? Pues que el orgullo del público que se cree el mejor del mundo, pues todas las bandas menos esta te lo han asegurado desde el escenario, te pones a saltar más alto, a batir palmas más fuerte y a gritar (porque si algo tienen las canciones de este combo es su práctica ausencia de estribillos cantables, en las antípodas de Arcade Fire, por poner un ejemplo), y acabas agotado, con agujetas en las piernas, las palmas al rojo y afónico. Pero has disfrutado tanto, que no puedes más que recordar con una sonrisa a ese pillo que, replicando a la cantante (otro vozarrón impresionante) cuando lo presentaba como the wonderful Nic Offer, anunciaba I'm a fucking bastard, I'm a bad guy, que bajaba al público y le exigía más, y más y más.

Pero me estoy centrando demasiado en el espectáculo. ¿Qué tal la música? Siento repetirme, pero el mejor adjetivo es arrolladora. Una especie de orgasmo musical de más de una hora de duración. El truco, a mi entender, está en la base rítmica: una o dos baterías, y uno o dos sets de percusión; en ocasiones, cuatro de los componentes tamborileaban al unísono. Y un bajo potente de tipo melódico, sobre el que las guitarras pueden desarrollar la melodía en varios niveles. Todo muy orgánico: en ocasiones es como si todo el engranaje batiese en tu piel, como un masaje de aquellos, ya me entendéis.



Sinceramente, estoy rendido ante su último trabajo y su directo. Teniendo en cuenta que los dos anteriores álbumes no es que me convenciesen en exceso, si siguen esa progresión, forjando un repertorio tan sólido como su último trabajo. es posible que en breve rompan el estatus de banda de culto. O no. Porque temo que demasiado bien se lo pasan tocando en clubes.

!!!, 15/07/2007, 02:30h, Terminal S: 9,8

Las tres y media de la madrugada. Y para mí que ni siquiera eran las doce. Debería estar agotado, y lo que me pide el cuerpo es más marcha. Queda lo que se supone era el final de fiesta, la traca final: The Chemical Brothers. Nos encaminamos de nuevo a la Terminal E y decidimos intentar unirnos al gentío que bulle en la pista. Pero como unas 50.000 almas están allí agolpadas, sólo podemos bajar jugándonos el tipo por la ladera arenosa. A mí, como las pendientes de más del 45% me dan un no sé qué que qué sé yo que yo que sé, bajo a cuatro patas como un alacrán. Y Juanma y Jordi, los muy bellacos, se adentran en la maraña y los perdimos. Así que Kaoss y un servidor nos quedamos a cierta distancia del escenario, tocando casi las vallas del backstage, viendo por las pantallas gigantes el espectáculo, y bailando... bueno, al principio mucho; a los diez minutos, cuando los ritmos iban variando pero la melodía no quedaba demasiado clara, nos enfriamos... Y más tarde, cuando nos convencimos de que aquello tan sólo se podía disfrutar estando colocado, como hacían los que estaban a nuestro alrededor... Aguantamos por aquello del renombre, pero valiente y soberano COÑAZO de directo. Eso sí, la tapa del contenedor de basura que teníamos cerca quedó blanca de la coca residual de tantas rayas que vimos; lo flipamos cuando chicos y chicas usaban ese mismo contenedor como parapeto para hacer sus aguas menores (si había algún voyeur a la derecha del escenario, fijo que fue la mejor noche de su vida); y comprendí que ese liquidillo incoloro en el que mojaban los chupachups no era precisamente azúcar. Tuvimos a un tío que, durante diez minutos, orbitó a nuestro alrededor (literalmente). Y la gente reía, y parecía disfrutar. Mi opinión sincera: si para alcanzar el éxtasis con un concierto hay que colocarse, señal de que hay que mejorar ese directo. (Eso no quita que la gente disfrutase el colocarse; por lo menos se lo pasaron bien, que a eso venían.) O es que no estoy en la onda de la electrónica hardcore. Pero ni a Juanma ni a Jordi les gustó esa concatenación de sonidos taladrantes e imágenes surrealistas. Algo falló, sin duda.

The Chemical Brothers, 15/07/2007, 03:30h, Terminal E: 5 (y porque tocaron el "Hey Boy, Hey Girl", que si no, suspendían y a septiembre)

Las cinco. El cuerpo ya empieza a mandar señales de cansancio. Kaoss, agotado, se fue del recinto con la esperanza de poder pillar el tranvía. Iluso. Yo me quedé tirado en la hierba, en el área de descanso más cercana a la Terminal E, para reponer fuerzas (aún tenía un emparedado) y esperar a Juanma y Jordi. Allí sentado, viendo pasar a la gente, bajo una ligera brisa del mar (por fortuna, esta vez sin acarrear consigo los efluvios de la depuradora), bajo las estrellas de un cielo negro pálido, quedaba una sensación como de haberme vaciado y tener los sentidos relajados y atentos a los estímulos, extrañamente consciente de la felicidad (hedonista) que colmaba al público, de la llegada del amanecer, de la plenitud del verano.

Las cinco, y qué pocas ganas de dar por concluido el festival.
En la Terminal N aún había ganas de seguir la fiesta. Y allí que fuimos.
Así que, después de poner a parir a los Brothers y de charlar un ratillo, dirigimos renuentes nuestros pasos hacia la salida, pero... de camino estaba la Terminal N, y una pareja de DJs pinchando buena música, desde Bloc Party a The Rolling Stones. Qué carajo, la noche aún estaba viva y queríamos quitarnos la mala experiencia del fin de fiesta fallido. La carpa estaba a tope, pero es igual: nos pusimos a bailar mirando al parque industrial del Besòs: como describe Juanma mucho mejor que cualquier cosa que pueda decir, un escenario digno de Blade Runner para despedir un festival que recordaré toda mi vida con mucho cariño.

Ciberpunk en Barcelona.

Y después, con el día ya despuntando, el largo camino hacia el coche (sí, aun habiendo acabado el festival, el puente que comunica Fòrum con el Parc Besòs seguía cerrado, medida de seguridad estúpida donde las haya) y a casa, donde me ensobré a eso de las siete.

El largo camino a casa, flanqueado por torres tan altas como la especulación inmobiliaria.

A ver qué tal el cartel del año que viene :)


(Os preguntaréis... ¿y el vídeo de The Chemical Brothers? Pues como me decepcionaron tanto, os pongo dos vídeos: uno de Guillemots, que tanto me gustaron -no estaba disponible cuando redacté la entrada correspondiente-, y otro de OMD, cuyo concierto lamento haberme perdido.)



sábado, noviembre 24, 2007

El verano del Summercase (5.ª parte)

Ya va siendo hora de que cierre esta crónica, que se ha alargado desde el verano hasta casi los estertores del otoño.

Nos quedamos con el bueno de Jarvis, que ofreció un espectáculo exquisito (como las uvas, me supongo, que iba deglutiendo al arrancar el show con su típica pose de larguirucho provocador sensual y divertido -en resumidas palabras-). En la Terminal E iba a arrancar el concierto de The Jesus And Mary Chain, cuya reunificación no nos convencía a ninguno, aunque los rumores de que Scarlett Johansson, que se encontraba en la ciudad rodando la nueva peli de Woody Allen , iba a subir al escenario para interpretar con los escoceses "Sidewalking" era el argumento que esgrimíamos para acercarnos a verlos. Corrijo, a verla.


Pero Jordi, que se vino junto a Juanma a primera fila de la carpa de la Terminal S, donde Kaoss Carlos y yo habíamos disfrutado del concierto de Jarvis, nos dijo que se había bajado que había escuchado la discografía de The Gossip y que había que verlo. Que íbamos a flipar con la música. Que íbamos a sudar la camiseta como en pocos directos. Y añadió que, además, la cantante rompía moldes, que ni Johansson ni puñetas, que Beth Ditto era la mujer del momento. Decidimos hacerle caso, pues Jordi sabe muy bien de qué habla. Además, nos ahorramos el show decepcionante de The Jesus And Mary Chain y la decepción de que Scarlett Johansson se había quedado bien tranquilita en alguno de los espacios VIP del festival. Ella se lo pierde.

Y vaya que Beth Ditto rompe moldes. En muchos sentidos, y no tan sólo en el físico al que, en guasa, se había referido Jordi. Por derrochar energía, por burlarse de las convenciones con un traje de cuero y lentejuelas ajustadísimo, y por su penetrante voz soul que se impone a la maquinaria punkarra de Brace Paine a la guitarra, en ocasiones al bajo, y Kathy Mendonça a la batería. Que un grupo del que no había oído absolutamente nada me hiciese saltar y bailar sin parar dice mucho de una banda hecha para el directo. Beth puso absolutamente todo en el asador: se bajó al público, se echó en sus brazos, se bañó en multitudes, se movía cual Mick Jagger por todos los rincones del escenario, echaba a los técnicos de sonido mientras cantaba (como podéis ver en el vídeo adjunto, que tuvo que filmar alguien que estaba justo a mi lado)... Toda una polvorilla.



The Gossip, 14/07/2007, 23:30h, Terminal S: 9

Abandonamos la Terminal S tras cuatro horas seguidas, con los aullidos de la Ditto y sus chicos de Arkansas retumbando en los oídos, y fuimos a degustar algo más sofisticado y chic (dado que Air es una banda francesa, supongo que ese es el adjetivo que mejor se les ajusta). A esas horas del sábado, el recinto era todo un hervidero de gente. Como llegamos cuando el show ya había comenzado, y como tampoco es que fuésemos a bailar con el dúo de música chill-out, al no encontrar sitio en las gradas nos sentamos en la ladera arbolada a la derecha de las mismas, mirando al escenario. O al cielo, en mi caso, que me dio por hinchar la bolsa-almohada que me regalaron en un stand de viajes y, de esa guisa, me dejé llevar por la música etérea.
¿Que parece aburrido? Bueno, la música electrónica sofisticada o tiene unas dosis ingentes de talento u, os lo concedo, puede llegar a ser monótona. Y de Air recuerdo que la música era agradable, pero el mejor recuerdo que tengo es de estar tumbado bajo el cielo estrellado, con un paraguas de hojas y ramas por encima, y charlando en la mejor de las compañías.



Air, 15/07/2007, 00:40h, Terminal E: 7

domingo, noviembre 11, 2007

La propiedad de La bola de cristal

Hoy aparece en el diario Público un artículo de opinión de Santiago Alba Rico, guionista de La bola de cristal, recriminando a Leire Pajín, miembro de la directiva del PSOE, la "apropiación" del concepto del mítico programa infantil, juvenil y revolucionariamente humanista, para hacer propaganda electoral en forma de columna de opinión, en el mismo periódico hace un par de semanas.

Os dejo ahí arriba los enlaces de ambos artículos, simplemente porque me parece interesante (y paradigmática) la carrera de apropiación de todo tipo de símbolos por parte de los partidos políticos (sobre todo por parte de los dos "grandes", pero me parece que no se libra ni uno), y que da una idea del nivel del debate político en este país, que antepone símbolos a propuestas, ideas a realidades, en un intento (sin duda efectivo) de marearnos a los electores y mandarnos a votar con una especie de resaca-borrachera de eslóganes, ajenos a nuestras propias inquietudes y necesidades.

viernes, noviembre 09, 2007

"Unravel", Bj... eh... ¿Radiohead?

Pues sí:



Y, ¡la leshe!, webcast ahora mismo en Radiohead TV.

Visto en Cuchara Sónica.

(Sí, ya, más deberes: dejar aquí mis comentarios sobre In Rainbows, el disco "optimista" de los Radiohead.)

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Si estás leyendo este post en vez de trabajar, vigila que algún día el día no acabe así...



Visto en Microsiervos, creo que en Alt1040, seguro que en Muchachada Nuí y en un montón de otras webs.

(Y mira que tenía reparos a ver La hora chanante, y ahora me arrepiento. Si es que me tengo que fiar más de Antonio —el que os recomienda buenos libros en vuestra librería—).

(Segundo paréntesis: el humor absurdo es, eso, absurdo. Fácil de hacer, difícil de hacer gustar. Quizá uno de los instrumentos más potentes, si se usa con inteligencia, para revelar el absurdo de nuestras acciones y relaciones. Ahora, al leer esta noticia, compruebo en el país que el humor absurdo se vuelve deliciosamente recursivo y metaliterario... porque el absurdo está en la vida real, y no en la Muchachada.)

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jueves, noviembre 08, 2007

Why go HispaCon

Juanma se pregunta cuáles pueden ser los motivos para que muchos asistentes habituales hayan preferido no asistir a la HispaCon de este año.

Para aquellos de vosotros que me leáis y no sepáis lo que es (pero, ¿hay lectores de este blog que no lo sepan? Es más, ¿hay lectores de este blog...?), aquí encontraréis información sobre el concepto de las HispaCones.

Bueno, embarrando pies y manos en el ombliguismo más absoluto (al fin y al cabo, es un blog, y como dice Juan Luis Cebrián...), dos han sido básicamente los motivos por los que he decidido no acercarme este año a Sevilla. Voy a intentar analizarlos con un poco de detenimiento:

Primer motivo: resulta que el concierto de !!! está programado dentro de la sesión de viernes del Razzmatazz. Así que mucho hacer cola en la puerta, para pasarnos las dos primeras horas pegados a la valla de primera fila (sí, soy de esos masocas que prefieren que lo aplasten y berrear ante el grupo) bailando al ritmo de los DJs, cosa que no habría estado del todo mal si no fuese porque la segunda hora fue de un agobio agobiante (empellones quiero creer que accidentales, luchas subrepticias por nuestro bien defendido hueco, el humo del tabaco y de los porros -estos últimos menos molestos que los primeros- en una sala supuestamente "libre de humos"). Nuria, que decidió el día antes venir porque, por fin, escuchó sin prejuicios el Myth Takes, visto el percal se subió a la balconada a la derecha del escenario, donde pudo sentarse tranquilamente sin que la aplastasen.



Y a las tres se corrieron las cortinas y se puso en marcha la máquina rítmica, a todo trapo, y evidenciando la pésima infraestructura de sonido de la sala. Donde la música tenía que ser apabullante, acabó siendo confusa; un engranaje nítido quedó en un sucio barrizal de sonido: bajos distorsionados, agudos estridentes, y voces perdidas en el maremágnum. Pero la actitud, ¡ah, amigos!, la actitud pagó con creces la carencia acústica, y Nic Offert y los suyos encararon al público desde el primer momento. Si los comentaristas deportivos, en los demasiado habituales momentos de ahuyentar silencios con cháchara sin sentido, aseguran que el público es el duodécimo jugador del equipo local, !!! busca, casi exige, y obtiene la participación del público en su música, como un cantante más (o más bien como un alocado y enfervorizado fan), el miembro número ocho del grupo (tras la deserción de John Pough) aunque en muchas ocasiones, dado el sonido tan voluptuoso, quienes estamos más habituados a los sencillos coros del pop nos encontramos perdidos, sin saber qué toca: intentar seguir el estribillo en neoyorquino a todo trapo, batir palmas, saltar, o todo ello a la vez.

Soy muy malo recordando setlists, y muy perezoso para apuntarlo durante el concierto (y qué demonios, voy a disfrutar de él, no ha hacer reportajes para Rockdelux) pero casi todo el repertorio se centró en Myth Takes: como dije en su momento, un disco compacto (no me refiero al formato, sino al contenido) y directo al escroto, mucho más adecuado para un directo que no las canciones más desvaídas de sus anteriores trabajos. Arrancaron con "Bend Over Beethoven" (creo recordar), para atacar "All My Heroes Are Weirdos" (el despiporre, con Offert bajando al nivel del público, chocando las manos, agarrándose y volcando su torso sobre el público), "Must Be the Moon", "A New Name" y "Pardon My Freedom". Después creo que llegó el éxtasis con "Heart of Hearts", "Yadnus", me parece recordar el "Sweet Life", cantado por Shannon, todo un chorro de voz y de energía, y sólo puedo suponer que acabaron con "Take Ecstasy With Me", pero a estas alturas no me pidáis grandes esfuerzos... Poco más de una hora que se hizo corta, muy corta, pero muy muy intensa.



Offert es un vendaval que focaliza toda la atención. Choqué manos dos veces con él; Nuria, sentada en la balconada a sus buenos seis metros de altura lo tuvo a apenas dos palmos cuando se subió sobre una de las torres laterales de amplis, cosa que ya había hecho en el lado opuesto del escenario. Precisamente en "A New Name" una colgada (en sentido literal; su cara de beatitud sugería mucha sustancia lisérgica en un cuerpo tan juncal) se subió al (bueno, logró encaramarse y sentarse en el borde del) escenario para recibir los cariños de los cantantes, a los que lanzó un beso tan etéreo como su sobriedad. El pobre segurata (lo de pobre se explica después) la bajó con cuidado, no sin poder evitar que se le resbalase dos veces, y en cuanto se giró, tres chicas más habían asaltado el escenario ante el regocijo de Nic Offert, que disfrutó de lo lindo bailando, y desconcertó al pobre miembro de la seguridad, pidiéndole que las dejase estar allí con él. Estos asaltos se repitieron tres veces (la última ocasión me permitió leer la talla del zapato de la última chiquilla que subió...), con tocamientos impúdicos por ambas partes, a mayor hilaridad del público.

Ronco, empapado en sudor y completamente extenuado (horas antes había ido al gimnasio, si es que ya me vale...), aun así nos quedamos un ratito a la sesión de baile, con la pista ya más despejada y con esa música del Déjà Vu que ya no nos ponen en ningún sitio.

Bueno, después de desmenuzar el primer motivo, vamos a por el

Segundo motivo: si tengo que escoger entre una HispaCon y un concierto de !!!, o de Arcade Fire, o de Simple Minds, o de algún artista que me guste, mucho o poco... creo que me inclino por la música.

Y no me malinterpretéis: me lo paso bien en las hispacones: veo a amigos de las cuatro direcciones de la rosa de los vientos, comentamos nuestros gustos y aficiones (no sólo sobre género), y comemos y bebemos y nos reímos e, incluso, de vez en cuando asisto a algún acto, algunos tan sublimes como la mesa redonda en que participaron César Mallorquí, Fernando Ángel Moreno, José Luis Merino, Lorenzo Silva y José Carlos Somoza. Pero cada vez asisto a menos actos, porque muchos de ellos ya me suenan, ya los he visto, ya ha habido algo parecido. Es como una especie del día de la marmota, más sutil y temática. No es, ni mucho menos, una crítica a los programas de cada HispaCon en particular, sino al concepto en sí. Es inevitable que haya alguna mesa redonda en la que se hable del estado del género en España, o del gueto, o de la edición; charlas con autores a los que, en su gran parte, conocemos por habernos tomado unas cañas con ellos y haber pasado buenos momentos. ¿Se podría ofrecer algo más, alguna innovación, alguna renovación? Quizá sí. Quizá sería necesario un enfoque hacia la promoción de la lectura, a indagar en corrientes paralelas, o que cruzamos sin advertirlas: no me cabe en la cabeza pasar por alto libros y autores de fantasía que venden a cascoporro, caso de Laura Gallego o Philip Pullman, o a los autores arriba mencionados, pero que cada alberga una convención dedicada en exclusiva a la figura de Pascual Enguídanos; u omitir a la literatura infantil y juvenil, cuando una parte nada despreciable de este sector del público se nutre, de una forma a otra, del fantástico. Y que no haya más representación editorial que las editoriales "de género".

Quizá la solución sea la profesionalización. O quizá nos falte el elemento adecuado, la piedra filosofal del fándom. Pero sería buena cosa desperezarnos un poquito y darle vueltas al asunto.


Pearl Jam: Why Go

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domingo, noviembre 04, 2007

Bruce Springsteen & The Arcade Street Band

¿Qué? ¿Que no me creéis? Pues pulsad aquí, subid el volumen y disfrutad.

(Sí, tengo pendiente hablar del Neon Bible. Igual más tarde, cuando acabe unas tareas.)

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jueves, noviembre 01, 2007

Me and a neighbour up in an elevator yard (a true story)

Hace cosa de un mes, más o menos, subí con mi madre a su piso para dejar unos paquetes. Su vecina, la que vive justo en el piso de debajo del de mi madre, subió en el ascensor con nosotros. Empezó a hablar, en tono quejumbroso, de algún achaque y de que había tenido que dejar a sus amigas para venirse, aunque por el tono no parecía que les tuviese excesivo aprecio.

Entonces se me giró y se desarrolló la siguiente conversación:

Ay, qué gordo que te has puesto espetó, sin ocultar cierto desagrado por mi volumen.
Tras un breve silencio, molesto por su mala educación, me agaché ligeramente sobre ella.
Y usted está más mayor... y yo me callo le dije, con los labios apretados.
¡Ay, sí, mejor te callas! -replicó, apartando la vista.


Mi madre empezó a reírse y a justificar que, de los tres hermanos, yo era el más "fuertecito" (eufemismo muy gracioso, por otra parte).

En fin, aquella fue la segunda vez que la vecina me afeaba mi sobrepeso... y seguro que la última.

Os dejo, como mi buen amigo Manu, con la banda sonora de estos días, el preludio al peaso consierto al que asistiremos mañana, después de "seducir" a Nuria con la música de este combo neoyorkaliforniano. No he encontrado el simpar "Me and Giuliani Down the School Yard (A True Story)" que parafraseo para esta entrada chorras, pero el coro final dice mucho de lo que pienso de los que se meten en vidas ajenas:

!!!: "Pardon my freedom"

martes, octubre 23, 2007

Mañana empezamos

No, no es la expresión de uno de esos deseos que nunca se materializan, en plan Año Nuevo; nada de eso. Mañana empieza la segunda temporada del club de lectura dedicado a la literatura fantástica que se organiza en la Biblioteca Jaume Fuster de Barcelona.

Y por esas vicisitudes que son características de la vida, este año le tomo el relevo a Pau en la conducción del club. Al menos nominalmente; en la práctica, acabaremos ayudándonos, o llevándolo a la par, o estorbándonos, o vete a saber qué otras sorpresas nos puede deparar la interacción de nuestras ecuaciones de onda colapsando una vez al mes en la plaça Lesseps.

La tarea será complicada: Pau dejó el listón muy alto el año pasado (no, Pau, no te estoy haciendo la pelota, que yo no soy de esos). Además, me enfrentó a mi proverbial (irónicamente hablando) colapso vocal ante un público de más de dos personas dispuestas en acto oficial (después, en un bar o en un restaurante, no me corto ni un pelo; ¿para qué creéis, si no, que escribo aquí?).

No os voy a ocultar lo que siento ahora, a unas horas de la inauguración del club 2.0: ilusión :)

Las sesiones se celebrarán el cuarto miércoles de cada mes y, según me comentaron la semana pasada, el club ya está lleno. Las fechas en que se celebrarán, y el libro que se repartirá para comentar en la siguiente sesión, serán:

24/10/07 Un mundo feliz, de Aldous Huxley
21/11/07 Aranmanoth, de Ana María Matute
19/12/07 La pell freda, de Albert Sánchez Piñol
23/01/08 La invención de Morel, de Alfredo Bioy Casares
27/02/08 Leyes de mercado, de Richard Morgan
26/03/08 La historia de tu vida, de Ted Chiang
30/04/08 Pedro Páramo, de Juan Rulfo
28/05/08 El prestigio, de Christopher Priest

Un listado ecléctico, condicionado en parte por las restricciones bibliotecarias (algunos libros se aprovechan de otros clubs de lectura), pero con novedades que a Pau y a mí nos parecían suficientemente interesantes para ampliar la panorámica y no quedarnos sólo en los clásicos.

Ya os iré comentando cómo se desarrolla el asunto. Por el momento, Un mundo feliz me ha proporcionado unas cuantas horas intensas de reflexión y de curro.

Deseadme suerte ;)

miércoles, octubre 17, 2007

Watch more TV

La sociedad que se ha ido generando en torno a la televisión está acostumbrada a no creer salvo lo que ve y creerse todo lo que ve.


Daniel Innerarity, La sociedad invisible

domingo, octubre 14, 2007

El prestigio, Christopher Priest


Retomé su lectura hace poco, pues quedó varado en su nicho en el anaquel, hace algún año o dos, víctima de la procrastinación lectora.

No era buena señal. No tiene por qué ser mala, pero esos hechos, por ser naturales, acostumbran a ser sintomáticos.

Y ahora que he conseguido acabarlo, puedo confirmar mis peores sospechas: me ha aburrido.

No todo va a ser culpa del autor: una traducción que confunde el Middle East con el Levante tiene su miga. Si unimos eso al hecho de que dos de los cinco apartados en que se divide el libro está narrado por dos magos con ínfulas de finales del XIX, con su lenguaje engolado, os podéis hacer una idea de lo difícil que cuesta a veces desgranar pasajes completamente áridos.

Pero es que, además, la narración no ha conseguido interesarme en ningún momento. Quizá, como dice Juanma, gana en la relectura (si uno tiene buena memoria y, tras ese castellano anquilosado y antinatural, uno es capaz de recordar los detalles de la trama), pero sinceramente, no me han quedado ganas. A pesar de ser menos ambicioso que The Separation, y quizá siendo una obra más pulida (en inglés, casi seguro), y más breve, no me han interesado en absoluto las andanzas de los magos. He visto una versión, otra, dos nexos de unión (los descendientes de los magos), y un capítulo final que me ha parecido una llufa, un "¿y para esto las 300 páginas anteriores?".

Viniendo del autor de El mundo invertido, La afirmación y El glamour, el término que se deriva de esta lectura, para mí, es decepción. Igual me equivoco. Ojalá me equivoque. Quizá alguno de vosotros pueda explicarme qué es lo que me he perdido, qué me ha fallado. Aquí dicen que está bien. Y aquí, también. Y aquí. Y conozco a los reseñistas y su criterio es particularmente fiable.

Igual sí que necesita una relectura... Pero es que no me apetece nada, nada, nada, volver a encontrarme con "pasé dos semanas alojado en tal casa, comiendo comida nutritiva y vigorizante". ¡Argh! Además, ni el final me aterró ni, por otra parte, me pareció en absoluto inesperado. Y el ritmo me ha parecido perezoso.

Me quedo una y mil veces antes con El glamour.

domingo, octubre 07, 2007

El verano del Summercase (4.ª parte)

No sería justo empezar esta entrada sin agradecer, y sin pedirles disculpas, a nuestros amigos Òscar y Elena, quienes se casaban el sábado 14 en el Ajuntament de Sant Cugat; una confusión entre Òscar y un servidor nos hizo ir confiados aquel sábado, cuando nos despertamos pasado el mediodía, creyendo que llegábamos a tiempo para la ceremonia: así que aparecimos antes de las 13.30h cuando la boda empezó a las 13.00h y a las 13.15h ya estaba más que finiquitada. Está claro que a los alcaldes la verborrea les dura lo que la campaña electoral, pero cuando se trata de trabajar de verdad para el pueblo... Esta ha sido la única ocasión en que lamenté que una boda no hubiese sido por la iglesia, con su cura y su sermón interminable: hubiéramos llegado al menos para el sí, quiero.

Y aun así, después de la reprimenda cariñosa (y bien merecida) de la novia desde el balcón del Ajuntament (aún correría a esconderme debajo de una piedra cual vulgar alacrán), asistimos a la que, para mi, fue una de las celebraciones más entrañables en las que hemos estado: una parrillada de carne en Can Borrell, sin protocolos ni zarandajas, una celebración entre amigos y familiares.

Nuria estaba rendida, le dolía la cabeza y ante la perspectiva de, tras dormir apenas seis horas, salir corriendo, cambiarse y meterse en el bullicio del Fòrum para ver a grupos que apenas conocía, decidió pasar de la segunda jornada. Se consiguió sacar el brazalete, y con eso y un beso por equipaje, tomé el camino a Barcelona.

Aparqué casi en la puerta de la incineradora, en la parte posterior del recinto, junto a la pasarela que conduce al otro extremo del parque por encima de la Ronda Litoral, extremo en el que estaba ubicada la entrada al recinto, pasarela... cortada al paso de personas por vaya-usted-a-saber-qué-gilipollez-de-motivo. Empezábamos bien el día: tuve que dar la vuelta a la parte terrestre del recinto, atravesando un par de puentes de aspecto desolado junto a la Ronda Litoral, con el consiguiente trasiego de coches, y atacar la entrada casi desde la Vila Olímpica. Media hora a toda castaña: sudor y mala hostia. Si el día anterior fue la inoperancia de la organización con las entradas, el sábado me perdí unas cuantas canciones por culpa de una decisión arbitraria y estúpida.

Para un servidor, las actuaciones más interesantes de aquella jornada iban a concentrarse en la carpa del Infierno, sí, en la que llovía sudor. Supongo que, a tenor de lo que sucedió en la jornada anterior, la organización decidió retirar las lonas laterales y mantener la techumbre. Lo ideal habría sido dejar el escenario al aire libre, pero supongo que por cuestiones de acústica sobre la terminal O, allí al ladito, decidieron dejarla. Así que mi primera visita, todo solito, fue para llegar a ver el final de la actuación del irlandés Perry Blake, artista del cual poco me quedó: una canción acústica, de emoción contenida, pero que sola me dejó frío. Así que la dejaré sin puntuar, aunque me causó una grata impresión. Y, además, siendo natural de Sligo (quizá la ciudad más musical de Europa, y no exagero) seguro que deparará buenos momentos.



Como que mis compinches de andanzas summercaseras no iban a asomarse hasta las ocho y pico, lo justo para llegar a ver a Jarvis Cocker, me dirigí a la terminal O a ver la actuación de Badly Drawn Boy (la otra opción era Miqui factor X Puig; en serio que no podía ir a verlo y no descojonarme en su cara por ser una bad cover version de Risto Mejide. Además, me repatean las gónadas todos los realities). Absolutamente desconocido para mí, su show empezó con un set acústico en el que ejercía de one-man bands, abrigado y bajo un gorro de lana en medio de la canícula que castigaba la terminal O. Aislado, tanto físicamente (solo en medio de un escenario inmenso) como anímicamente, la acogida fue más bien fría, y el grupo que lo apoyó en la segunda parte de la actuación no ejerció la garra suficiente como para remediar la situación. Su pop era, quizá, excesivamente delicado, y si se apoyaba en la lírica, sinceramente, crudo lo tenía para ganarse a través de las palabras al público que se congregó.



Badly Drawn Boy, 14/07/2007, 19:55h, Terminal 0: 6

Si me dan a escoger entre una banda que encarna lo más aburrido de los 80 y una nueva promesa, me voy a la nueva promesa de calle. Si, además, preceden a Jarvis Cocker, estaba cantado que iba a pasar de James como al final hice. Les di una oportunidad, no creáis: crucé por delante de la terminal E y, efectivamente, la canción que estaban interpretando (y que, a la sazón, resultaba ser uno de sus mayores éxitos, según leí en la prensa) no me atrajo lo más mínimo.

La actuación de los Soulsavers fue sobria, y sombría también. Mark Lanegan tomó posesión del micrófono y, como un Leonard Cohen rejuvenecido y vigoroso, describió sombras y claroscuros con voz rasposa y gutural. Los escalofríos que producía los acompañaba un sonido de indudable alma eléctrica, pero al que le encontré a faltar el elemento más melódico, tal como si fuesen unos Radiohead haciendo pruebas de sonido. La crítica especializada aclamó la actuación como el momento estelar del festival, junto al recital de PJ Harvey, pero me temo (y en el caso de Rockdelux me temo que es ser reiterativo) que se debe más a cierto snobismo que no al impacto real del concierto, al menos en cuanto a respuesta del público.



Soulsavers, con Mark Lanegan, 14/07/2007, 20:45h, Terminal S: 8

En cuanto se acabó el denso show de Soulsavers y el público empezó a retirarse (o sea, a los diez segundos de acabar), Kaoss y un servidor nos agarramos a la barandilla frente al escenario para esperar al ex cantante de Pulp. Ya os conté en un post previo las impresiones del concierto del pasado diciembre en el Razzmatazz. Javris seguía ejerciendo como uno de los mejores showmen de la escena rock, pero la brevedad de su discografía y una banda titubeante deslucieron aquel concierto. Pero en el Summercase, ¡dioses de Kóbol!, venían más que rodados. Venían a por todas, a romper, a llevarse a la gente en el bolsillo. Y no les costó más de un par de minutos. Jarvis Cocker, el hijo pródigo de Sheffield, se subío a los monitores, arqueando su espigada figura, lamiendo provocativamente un racimo de uvas y dándose al público sin tregua. No hubo sensación de que el repertorio era escaso, sino de que faltó tiempo para redondear el concierto. Charló, bromeó (el momento más hilarante fue cuando preguntó si la "jungla de cemento" del Fòrum la construyeron para los Juegos Olímpicos y, al contestarle que no, echó mano de su vena cínica para preguntarnos para qué demonios sería aquello. Pregunta que, por otra parte, nunca ha recibido una respuesta satisfactoria por parte de las autoridades). Contundencia pop, melancolía elegante, fina ironía, y talento, un talento que brota en cascadas melódicas y líricas, uno de los mejores storytellers, porque, insisto, es uno de los mejores narradores que existen.

No nos vamos a quedar cortos con la valoración, aunque... el 10 no lo conseguirá hasta que no vuelva a cantar "Common People". Pero, si lo cantase, estaría traicionando su ruptura con el pasado, con lo que tampoco se llevaría el 10. Está condenado a menos :)

Jarvis Cocker, 14/07/2007, 22:00h, Terminal E: 9,8



(Ah, y la primera canción del set, "Fat Children", la escuchó Nuria a través del móvil.)

martes, octubre 02, 2007

Crossposweezerando

No es que Weezer se parezcan mucho a Talking Heads (su influencia más clara es de los Pixies, aunque del grupo de David Byrne no descartaría la estructura y el amor por el pop; vamos, algo así como si hiciesen new noise), aunque si echáis un vistazo a este simpático post de Juanma y le dais al play al siguiente vídeo que os traigo, veréis que tienen, cuanto menos, algunos "músicos" en común.



Bueno, a ver si me pongo las pilas y sigo con la serie de canciones de una vida, donde incluiré "Buddy Holly". Y aprovecho y hago un post sobre Weezer, un grupo no desconocido, pero tampoco bien conocido (por culpa de un anuncio de telefonía móvil, básicamente). Y acabo la crónica del Summercase, amén de acabar cierta reseña que debo de hace meses, y me pongo también con la novela, y... y... y...

(Overflow at 2007)

jueves, septiembre 27, 2007

El atlas de las nubes, David Mitchell


Prolijo. Fascinante. Vasto. Tres adjetivos a bote pronto para este libro. Una magnífica muestra de que si la ciencia ficción está estancada... Bueno, ni es toda la ciencia ficción, ni toda está junto a los libros de Tolkien y Asimov en el estante de El Tajo Británico.

Y eso aunque, al cerrar el libro, quedan más preguntas en el aire que respuestas a los enigmas planteados. De no ser por la calidad del libro, ahora mismo me estaría acordando de los ancestros del autor hasta el Australopitecos. Pero sólo está al alcance de los buenos libros dejar tan buen sabor de boca a base de interrogantes sin resolver.

Vale, y ¿de qué va el libro? Pues de cinco seis historias diferentes, narradas con distintas técnicas, distintos ritmos, distintos lenguajes, que abarcan desde el siglo XIX hasta un futuro postapocalíptico, engarzadas cual matriuskas, cada historia conteniendo a la siguiente y cerrándose desde el futuro hasta el pasado. Los hilos que las unen son, en su mayor parte, azarosos, y el motivo de que estén así enlazados es uno de los misterios que, al menos yo, no he sabido resolver.

Pero, además de las cinco seis historias, cuando uno menos se lo espera, estallan las auténticas minas que Mitchell ha dejado plantadas, agazapadas en diálogos, observaciones, hechos cotidianos que, sin sospecharlo, conducen al lector a reflexionar sobre los aspectos más diversos de la naturaleza humana: su destino, su impronta en el mundo, su aparentemente innata crueldad, la validez de los códigos morales...

Contenido brillante, estructura asombrosa, dominio de las técnicas literarias completo (y diría que casi un pelín exhibicionista, pero se le perdona)... y una traducción limpia y muy bien resuelta en sus capítulos más complicados. El mejor libro que llevo leído este año.

Y, además, está en la biblioteca Ca n'Altimira. Si eres de Cerdanyola y te gusta la ciencia ficción, es que no tienes excusa. Está disponible, que lo acabo de soltar hoy :)

Editando: Creo que pasé demasiado de puntillas sobre el tema de la traducción. Ya, trabajando donde trabajo, estoy excesivamente sensibilizado con el tema; por otra parte, como muchos de los lectores que crecieron con las traducciones de Ultramar y otros, mamé falsos amigos, modismos y otros errores que incorporé (como muchos) a nuestro lenguaje.
Así que, cuando nos encontramos con una buena traducción, es que ni reparamos en ella. Y si nos quejamos de otra, es que acostumbra a ser deleznable. Pero en el libro que aquí nos ocupa, el traductor ha realizado una labor encomiable que le tuvo que costar su buen trabajo. Cada historia está narrada en un registro diferente (culto, jocoso, policiaco, diario, cyberpunk, postapocalíptico con jerga) y en todos ellos la narración-traducción fluye y refleja casi a la perfección el tono y el estilo, resolviendo además a la perfección (bueno, sí, hay algún gazapo, pero ¿en qué libro no hay?) las dificultades, que en el caso de la narración postapocalíptica estan presentes en cada frase.

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lunes, septiembre 24, 2007

Con los ojos puestos en las estrellas...

... los codos hincados en la mesa y, algo que no se prodigaba hace diez años, con prácticas en observatorios y empresas. Si estás estudiando Física y sueñas con entender qué pasa ahí fuera, no dejes escapar esta oportunidad. Yo lo hice, aunque no me puedo quejar del camino por el que transitó mi currículum. Aunque aún hoy es un sueño por cumplir, aunque quede para otra próxima vida:

Artículo de El País sobre másters en astrofísica.

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sábado, septiembre 22, 2007

Desplazándose por la Ciutat

Pues no que ahora que el Ajuntament de Barcelona aplica la nueva ordenanza sobre circulación, voy y me saco el carnet del Bicing...

Es, simplemente, fascinante (el servicio, y en concreto el hecho de ponerlo en marcha; no, desde luego, que un patoso a dos ruedas como yo se abone al mismo): una idea tan sencilla que, supongo, necesitaba de una tecnología lo suficientemente "barata" para implementarse en una ciudad de más de millón y medio de almas, más de tres si contamos el área metropolitana, pues, al fin y al cabo, gran parte de la población de los aledaños trabajamos y/o hacemos vida social en la capital. Una idea que, vistos los malos humos que se gasta la ciudad, era necesaria: ahora mismo, 1.500 bicicletas adicionales al parque ciclístico que, hagamos una suposición a vuelapluma, puede suponer dejar aparcados unos 200 vehículos de motor. Ya es un inicio. Y no tan sólo por la contaminación: pensemos en el volumen que "gasta" un utilitario. Y el ruido. Y los precios del seguro. Y...

Pero, ¡ay!, la ciudad no está construida pensando en las bicicletas. Y, en ocasiones y en ciertos rincones, juraría que ni siquiera para el peatón. Queramos o no, la ciudad tiene arterias de asfalto y gasolina por sangre, y los vehículos a motor tienen coraza, mientras peatones y ciclistas sólo tienen su pericia para no dejarse la piel.

Si nos ceñimos a los carriles bici, comprobamos que no hay suficientes para circular con seguridad por la ciudad, e ir entre dos puntos relativamente cercanos implica, en muchas ocasiones, subirse a la acera o bajarse a la calzada.

Yo, en serio, alabo que se haya tenido en cuenta desde el consistorio el problema y se haya intentado regular. Y creo que, en un mundo ideal, esas leyes asegurarían una convivencia en torno a la movilidad encomiable. En un mundo ideal donde el peatón no se mostraría huraño con el ciclista, el ciclista no torcería el gesto al güevón que bloquea su carril y el conductor no se pondría a dos palmos del ciclista para pegarle un grito e intentar arrojarlo al suelo del susto. (Que, por cierto, si el espongiforme del conductor del Opel plateado que me abordó de esta guisa, cuando circulaba tranquilamente por el carril izquierdo de Bruc, entre Gran Via y Diputació, está leyendo esto, que sepas que maldigo el día en que a tus padres les reventó el condón).

Es cierto: el espacio para la convivencia entre peatones, ciclistas y tráfico rodado es realmente estrecho. Y es justo en este momento en que me decido a dar el paso y transformarme de peatón empedernido a ciclista ocasional. Peatón, por cierto, que siempre ha respetado el carril bici (que para algo estaba allí) y se maravillaba de ver cómo muchos invadían un espacio que no era suyo (no me escandalizaba, qué va: la ciudad del civismo es la ciudad de los coches aparcados en la acera y de las papeleras vacías rodeadas de desperdicios).

Uso los términos peatón, ciclista y conductor a la manera platoniana; en ningún caso un colectivo es monolítico, y desde luego hay peatones cívicos e incívicos, ciclistas cautos y temerarios, conductores prudentes y auténticos kamikazes. Yo apuesto por un sistema divertido, ecológico (aunque no exento de malos olores: pedalear en verano es acabar con la ropa empapada) y "pacificador" de la movilidad. Pero queda claro que no hay espacios adecuados. Y hay actitudes personales nada adecuadas. Para ilustrarlo, dos artículos casi antagónicos, uno empático, racional y, aun así, hermoso de Joan Barril y otro, realmente estúpido (en cuanto la tesis central traslada toda responsabilidad al otro, en este caso al ciclista como generalidad, negando que una ciudad sea la suma de actos de la colectividad que la conforma), de Antoni Bassas. El problema está ahí, y en las manos y la voz de cada uno, la posibilidad de señalar los defectos e indicárselos a las instituciones para que les pongan remedio.

Está claro que de las infracciones y de los accidentes no nos va a proteger las leyes, sino la educación. Esperemos que, hasta que alcancemos ese nivel, no tengamos que lamentar ninguna desgracia.

lunes, septiembre 03, 2007

¿Cómo se dice Pulp en hindi?

Ni idea. Supongo que igual, como aquí. Aunque se dice (o, al menos, eso me dijeron cuando estudiaba) que en este gran país se habla el mejor inglés del mundo (o sea, es donde mejor se pronuncia). Aunque soy duro de oído y no he conseguido entender toda la letra de esta versión. A ver si alguno de vosotros lo consigue. Y que pase los subtítulos, claro. Os dejo, pues, con "Hindi People":



(Gracias, Kaoss, me he reído un buen rato con la interpretación)

Formas de orar

—Los dioses hicieron nuestros cuerpos, así como nuestras almas, ¿no es verdad? Nos dieron voces para que los pudiéramos adorar con cánticos. Nos dieron manos para que pudiéramos construirles templos. Y nos dieron el deseo, para que copuláramos y los adorásemos de esa manera.
—Tengo que acordarme de comentárselo al Septón Supremo —dijo Tyrion—. Si me dejaran rezar con la polla, sería mucho más religioso. —Hizo un gesto con la mano—. Acepto encantado tu sugerencia.
George R.R. Martin, Choque de reyes


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jueves, agosto 30, 2007

Foteu lo camp!

Estuvimos durante la segunda semana de agosto en la hermosa Vall d'Àneu disfrutando, como muchos otros pixapins durante las vacaciones estivales, de aquello que se ha venido a denominar deportes de aventura. (En invierno llega la temporada alta de verdad, colgando el letrero de "completo" por la afluencia de esquiadores.)

Al llegar a Llavorsí, donde habíamos alquilado un par de apartamentos para los ocho urbanitas que subíamos desde el Vallès, aparcamos justo delante de este letrero.



(Foteu lo camp: expresión soez y divertida, derivado del verbo fotre, una especie de comodín cuya primera acepción es "follar", y escrita en catalán occidental, donde en vez del artículo masculino del estándar el se usa lo. La traducción más aproximada sería algo así como iros a tomalpolculo, más finamente largo.)

Así que, de valles pirenaicos que conservan sus tradiciones, nada de nada: la especulación inmobiliaria se esparce por todos los resquicios del territorio. Aquí arriba, más o menos camuflados con fachadas de piedra pero, ya os lo digo, el interior no tiene nada que ver con esas paredes recias, sino con los mismos tabiques de hoja de papel a los que estamos acostumbrados en las ciudades.

En Sort, capital de la comarca (Pallars Sobirà), nos encontramos también con este cartel:



Además de las constantes e insidiosas amenazas a la morfología urbana y paisajística, el aluvión de visitantes debe tener a los habitantes de la Vall contentos contentos.

En fin, espero no haberlos molestado mucho. Y sí, el agua de la Noguera Pallaresa, incluso en pleno verano, está helada :)



¿A que parece como si llevase haciendo ráfting toda la vida?