viernes, noviembre 30, 2007

Más memes (mememás)

Pues que estaba yo tan tranquilo por aquí, leyendo el blog de Coco Violante, y me encuentro un meme y una propuesta maligna para desarrollarlo. Como que no sé decir que no y, lo que es más, a Violante soy incapaz de negarle nada, pues ahí que te va.

Coge el libro mas cercano, ve a la pagina 18 y transcribe la línea 4:

[mi]les. Una corriente ha llegado a su extremo, a su conclusión y ha[brá]

Ha sido difícil: tenía un libro a cada lado, y debajo del que he escogido, un cómic. Si llego a girarme y enfrentarme a la librería, me habría colapsado. El extracto es de El cuaderno dorado, edición (rapidísima) de bolsillo tras el Nobel concedido a Doris Lessing. Otro para esa Pila en expansión adiabática.

Cuenta lo último que viste en la tele:

¿La convencional? Lo último que vi, con intención de ver (es decir, que generó un recuerdo) fue un capítulo de Cuestión de sexo, porque el tema es ciertamente atractivo (¿y a quién le amarga un dulce?) y porque Guillermo Toledo es un pedazo de actor que, por sí solo (y, por desgracia, en ocasiones así pasa en esta serie), es capaz de dar vida a cualquier representación. Pero me decepcionó que el del martes fuese un resumen de lo acontecido en la temporada.

Ay, no, espera... el capítulo de ayer de la tercera temporada de House. Pero es que hacía meses que lo había visto en V.O. y en descarga...

En YouTube, el capítulo de la semana pasada de Enjuto Mojamuto.

Y en descarga, el segundo capítulo de la primera temporada de Curb Your Enthusiasm. ¡Cómo me llegué a reír con las vicisitudes a causa del inoportuno doblez del pantalón en... allá!

Aparte del ruido del ordenador, ¿qué más se escucha en este momento?

Aparte de las cáscaras de pipas de girasol reventando... "Pure Honey", de The Mountain Goats, en reproducción en la radio del tag indie en Last.Fm.

¿Cuando te reíste por última vez?

Pues hace un momento, metiéndome con Nuria porque llegaba tarde al gimnasio. Antes, con ella y con una amiga, y antes con unos cuantos amigos más, con un chiste muy malo que les he contado (como si contase de otro tipo).

¿Qué hay en las paredes donde te encuentras ahora mismo?

Enfrente mío, dos estantes llenos de libros, y con los altavoces de la minicadena, un dragón incensario que me regaló mi amigo Lemita, y el trofeo del Domingo Santos del 97. Detrás, una estantería con muuuchos libros. A la izquierda, la ventana, y a la derecha, un póster enmarcado de la edición especial de Star Wars. A New Hope.

¿Como estas vestido/a en este momento?

Joéee... Pantalón de chándal de felpa verde oscuro, camiseta blanca y polar gris. Violante, ¿por qué me has hecho esto...?

Algo que los bloggers no sepan sobre ti:

Uy, mucho, y en su mayor parte cosas que no les incumbe más que a mis amigos. Pero a vosotros os lo cuento ante unas cañas.

¿Cómo son tus manos?

No muy grandes, no muy fuertes, de piel seca, agrietada cuando aprieta el frío... y con dos vellitos en la falange media del dedo anular de la derecha que a Nuria le hacen mucha gracia.

¿Qué ves desde tu ventana?

Pues lo que se ve en la cabecera de este blog. Ahora, de noche, es un perfil negruzco salpicado con poquitas luces sobre un fondo pardo, teñido de un naranja sucio debido a las luces de Barcelona que contrasta mejor el perfil de la sierra. En primer plano, por debajo del nivel de la ventana, las casitas de entrente, ventanas iluminadas atenuadas por las cortinas, y silencio. Aquí se puede verlo y disfrutarlo.

¿Qué imagen podría definirte?


Ni me parezco físicamente, ni canto ni mucho menos tan bien como él, pero como Freddie, soy un tímido compulsivo con muchas cosas que decir y con ganas de comerme el mundo.

Ha llegado el momento de buscar víctimas propiciatorias... Juanma, Helena, Pau, Manu y Nacho.

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domingo, noviembre 25, 2007

El verano del Summercase (y 6.ª parte)

Supongo que fue en aquellos momentos de relax, tumbados en la ladera frente a la Terminal E, hablando de libros (¡cómo no!) y de lo divino y lo humano, que liquidé uno de los bocatas que me había traído al recinto. Porque, no os lo perdáis, el peor momento del festival lo vivimos la noche anterior: esa media hora larga para un par de bocadillos de miga compacta que no pasaba ni vaciando todo un barril de cerveza. Para unos precios de infarto, la comida era digna de un establo (y yo no alimentaría a los animales con eso: me parecería crueldad animal), y la bebida... Hice caso de un buen consejo, y ese día me guardé un par de tapones de agua en el bolsillo. Así, al hacerme descartar el tapón de la botella de agua (gilipollez supina donde las haya, porque en el recinto te servían la botella con el tapón), la restituí en cuanto me alejé unos pasos del control de acceso. Iba a pagar yo 3 euros por botella, sí. Ja.

A lo que íbamos: tras descansar con Air, nos dirigimos de nuevo a la Terminal S. Las sensaciones sobre el concierto de los franceses me dejaron más tarde un regusto amargo: no apostábamos por el regreso de los OMD pero, por lo que nos comentaron amigos que sí que estuvieron, fue un show vigoroso y de calidad. Electrónica por electrónica, nos decantamos por la actual en vez de la naftalinosa de los ochenta. Lástima. Otra vez será.

Eso sí, de camino hacia la carpa del infierno, ninguno de los cuatro hizo amago de ir a ver a los Kaiser Chiefs. Y no es que no me gusten: me parecen simpáticos, pero que su discurso musical es simplemente para pasar el rato. Me gustaron cuando telonearon a los U2, pero no pagaría por verlos. Por otra parte, su tirón mediático contribuiría a arrastrar a aquellos que no conocen a los americanos !!! (léase chk chk chk). Ya comenté por aquí mis impresiones sobre el que, quizá, sea el álbum más redondo del año. Y si en directo eran capaces de traducir la sexualidad y la energía del Myth Takes con un mínimo de contundencia, el concierto prometía.

Superaron con creces mis expectativas. Y creo que las de todos los que disfrutamos de esa hora larga de baile, sudor y provocaciones, que hace poco reviví (pero con un sonido infame, no como en el verano). Igual que en el caso de The Gossip, vimos a un tipo con bigote y bermudas que empieza a probar la batería. Un bombo, otro, platillos, redoble, repiqueteo, flojito, fuerte, más fuerte, redoble rápido, un ritmo parecido a la canción "Myth Takes", aparece otro tipo, otro operario de sonido, creíamos, otro, otro, se sitúan en dos sets de percusión, al bajo, salen dos tipos más... y es que aquello ya era el "Myth Takes". Y cuando se miran los siete tipos y el batería asiente, ¡madre mía del Amor Hermoso, vaya tsunami sónico! El arranque fue arrollador, pero es que ni en los temas de tempo más moderado bajaron la intensidad. Y en cabeza un larguirucho de constitución relajada (barriga cervecera, vamos), con shorts dignos de Magnum, gesticulando cual Jarvis pero sin su elegancia, bailando como Betty Boo, y provocando (almost, almost... almost like in Madrid; ¡qué capusho!. O el you Barcelonian people, is this what you do on Saturday night? Take some drinks, chat a while... I've been in Barcelona twice and it was fucking awesome. What happens tonight? Oh, your pussy queenies..., o algo similar). ¿Resultado de las continuas provocaciones? Pues que el orgullo del público que se cree el mejor del mundo, pues todas las bandas menos esta te lo han asegurado desde el escenario, te pones a saltar más alto, a batir palmas más fuerte y a gritar (porque si algo tienen las canciones de este combo es su práctica ausencia de estribillos cantables, en las antípodas de Arcade Fire, por poner un ejemplo), y acabas agotado, con agujetas en las piernas, las palmas al rojo y afónico. Pero has disfrutado tanto, que no puedes más que recordar con una sonrisa a ese pillo que, replicando a la cantante (otro vozarrón impresionante) cuando lo presentaba como the wonderful Nic Offer, anunciaba I'm a fucking bastard, I'm a bad guy, que bajaba al público y le exigía más, y más y más.

Pero me estoy centrando demasiado en el espectáculo. ¿Qué tal la música? Siento repetirme, pero el mejor adjetivo es arrolladora. Una especie de orgasmo musical de más de una hora de duración. El truco, a mi entender, está en la base rítmica: una o dos baterías, y uno o dos sets de percusión; en ocasiones, cuatro de los componentes tamborileaban al unísono. Y un bajo potente de tipo melódico, sobre el que las guitarras pueden desarrollar la melodía en varios niveles. Todo muy orgánico: en ocasiones es como si todo el engranaje batiese en tu piel, como un masaje de aquellos, ya me entendéis.



Sinceramente, estoy rendido ante su último trabajo y su directo. Teniendo en cuenta que los dos anteriores álbumes no es que me convenciesen en exceso, si siguen esa progresión, forjando un repertorio tan sólido como su último trabajo. es posible que en breve rompan el estatus de banda de culto. O no. Porque temo que demasiado bien se lo pasan tocando en clubes.

!!!, 15/07/2007, 02:30h, Terminal S: 9,8

Las tres y media de la madrugada. Y para mí que ni siquiera eran las doce. Debería estar agotado, y lo que me pide el cuerpo es más marcha. Queda lo que se supone era el final de fiesta, la traca final: The Chemical Brothers. Nos encaminamos de nuevo a la Terminal E y decidimos intentar unirnos al gentío que bulle en la pista. Pero como unas 50.000 almas están allí agolpadas, sólo podemos bajar jugándonos el tipo por la ladera arenosa. A mí, como las pendientes de más del 45% me dan un no sé qué que qué sé yo que yo que sé, bajo a cuatro patas como un alacrán. Y Juanma y Jordi, los muy bellacos, se adentran en la maraña y los perdimos. Así que Kaoss y un servidor nos quedamos a cierta distancia del escenario, tocando casi las vallas del backstage, viendo por las pantallas gigantes el espectáculo, y bailando... bueno, al principio mucho; a los diez minutos, cuando los ritmos iban variando pero la melodía no quedaba demasiado clara, nos enfriamos... Y más tarde, cuando nos convencimos de que aquello tan sólo se podía disfrutar estando colocado, como hacían los que estaban a nuestro alrededor... Aguantamos por aquello del renombre, pero valiente y soberano COÑAZO de directo. Eso sí, la tapa del contenedor de basura que teníamos cerca quedó blanca de la coca residual de tantas rayas que vimos; lo flipamos cuando chicos y chicas usaban ese mismo contenedor como parapeto para hacer sus aguas menores (si había algún voyeur a la derecha del escenario, fijo que fue la mejor noche de su vida); y comprendí que ese liquidillo incoloro en el que mojaban los chupachups no era precisamente azúcar. Tuvimos a un tío que, durante diez minutos, orbitó a nuestro alrededor (literalmente). Y la gente reía, y parecía disfrutar. Mi opinión sincera: si para alcanzar el éxtasis con un concierto hay que colocarse, señal de que hay que mejorar ese directo. (Eso no quita que la gente disfrutase el colocarse; por lo menos se lo pasaron bien, que a eso venían.) O es que no estoy en la onda de la electrónica hardcore. Pero ni a Juanma ni a Jordi les gustó esa concatenación de sonidos taladrantes e imágenes surrealistas. Algo falló, sin duda.

The Chemical Brothers, 15/07/2007, 03:30h, Terminal E: 5 (y porque tocaron el "Hey Boy, Hey Girl", que si no, suspendían y a septiembre)

Las cinco. El cuerpo ya empieza a mandar señales de cansancio. Kaoss, agotado, se fue del recinto con la esperanza de poder pillar el tranvía. Iluso. Yo me quedé tirado en la hierba, en el área de descanso más cercana a la Terminal E, para reponer fuerzas (aún tenía un emparedado) y esperar a Juanma y Jordi. Allí sentado, viendo pasar a la gente, bajo una ligera brisa del mar (por fortuna, esta vez sin acarrear consigo los efluvios de la depuradora), bajo las estrellas de un cielo negro pálido, quedaba una sensación como de haberme vaciado y tener los sentidos relajados y atentos a los estímulos, extrañamente consciente de la felicidad (hedonista) que colmaba al público, de la llegada del amanecer, de la plenitud del verano.

Las cinco, y qué pocas ganas de dar por concluido el festival.
En la Terminal N aún había ganas de seguir la fiesta. Y allí que fuimos.
Así que, después de poner a parir a los Brothers y de charlar un ratillo, dirigimos renuentes nuestros pasos hacia la salida, pero... de camino estaba la Terminal N, y una pareja de DJs pinchando buena música, desde Bloc Party a The Rolling Stones. Qué carajo, la noche aún estaba viva y queríamos quitarnos la mala experiencia del fin de fiesta fallido. La carpa estaba a tope, pero es igual: nos pusimos a bailar mirando al parque industrial del Besòs: como describe Juanma mucho mejor que cualquier cosa que pueda decir, un escenario digno de Blade Runner para despedir un festival que recordaré toda mi vida con mucho cariño.

Ciberpunk en Barcelona.

Y después, con el día ya despuntando, el largo camino hacia el coche (sí, aun habiendo acabado el festival, el puente que comunica Fòrum con el Parc Besòs seguía cerrado, medida de seguridad estúpida donde las haya) y a casa, donde me ensobré a eso de las siete.

El largo camino a casa, flanqueado por torres tan altas como la especulación inmobiliaria.

A ver qué tal el cartel del año que viene :)


(Os preguntaréis... ¿y el vídeo de The Chemical Brothers? Pues como me decepcionaron tanto, os pongo dos vídeos: uno de Guillemots, que tanto me gustaron -no estaba disponible cuando redacté la entrada correspondiente-, y otro de OMD, cuyo concierto lamento haberme perdido.)



sábado, noviembre 24, 2007

El verano del Summercase (5.ª parte)

Ya va siendo hora de que cierre esta crónica, que se ha alargado desde el verano hasta casi los estertores del otoño.

Nos quedamos con el bueno de Jarvis, que ofreció un espectáculo exquisito (como las uvas, me supongo, que iba deglutiendo al arrancar el show con su típica pose de larguirucho provocador sensual y divertido -en resumidas palabras-). En la Terminal E iba a arrancar el concierto de The Jesus And Mary Chain, cuya reunificación no nos convencía a ninguno, aunque los rumores de que Scarlett Johansson, que se encontraba en la ciudad rodando la nueva peli de Woody Allen , iba a subir al escenario para interpretar con los escoceses "Sidewalking" era el argumento que esgrimíamos para acercarnos a verlos. Corrijo, a verla.


Pero Jordi, que se vino junto a Juanma a primera fila de la carpa de la Terminal S, donde Kaoss Carlos y yo habíamos disfrutado del concierto de Jarvis, nos dijo que se había bajado que había escuchado la discografía de The Gossip y que había que verlo. Que íbamos a flipar con la música. Que íbamos a sudar la camiseta como en pocos directos. Y añadió que, además, la cantante rompía moldes, que ni Johansson ni puñetas, que Beth Ditto era la mujer del momento. Decidimos hacerle caso, pues Jordi sabe muy bien de qué habla. Además, nos ahorramos el show decepcionante de The Jesus And Mary Chain y la decepción de que Scarlett Johansson se había quedado bien tranquilita en alguno de los espacios VIP del festival. Ella se lo pierde.

Y vaya que Beth Ditto rompe moldes. En muchos sentidos, y no tan sólo en el físico al que, en guasa, se había referido Jordi. Por derrochar energía, por burlarse de las convenciones con un traje de cuero y lentejuelas ajustadísimo, y por su penetrante voz soul que se impone a la maquinaria punkarra de Brace Paine a la guitarra, en ocasiones al bajo, y Kathy Mendonça a la batería. Que un grupo del que no había oído absolutamente nada me hiciese saltar y bailar sin parar dice mucho de una banda hecha para el directo. Beth puso absolutamente todo en el asador: se bajó al público, se echó en sus brazos, se bañó en multitudes, se movía cual Mick Jagger por todos los rincones del escenario, echaba a los técnicos de sonido mientras cantaba (como podéis ver en el vídeo adjunto, que tuvo que filmar alguien que estaba justo a mi lado)... Toda una polvorilla.



The Gossip, 14/07/2007, 23:30h, Terminal S: 9

Abandonamos la Terminal S tras cuatro horas seguidas, con los aullidos de la Ditto y sus chicos de Arkansas retumbando en los oídos, y fuimos a degustar algo más sofisticado y chic (dado que Air es una banda francesa, supongo que ese es el adjetivo que mejor se les ajusta). A esas horas del sábado, el recinto era todo un hervidero de gente. Como llegamos cuando el show ya había comenzado, y como tampoco es que fuésemos a bailar con el dúo de música chill-out, al no encontrar sitio en las gradas nos sentamos en la ladera arbolada a la derecha de las mismas, mirando al escenario. O al cielo, en mi caso, que me dio por hinchar la bolsa-almohada que me regalaron en un stand de viajes y, de esa guisa, me dejé llevar por la música etérea.
¿Que parece aburrido? Bueno, la música electrónica sofisticada o tiene unas dosis ingentes de talento u, os lo concedo, puede llegar a ser monótona. Y de Air recuerdo que la música era agradable, pero el mejor recuerdo que tengo es de estar tumbado bajo el cielo estrellado, con un paraguas de hojas y ramas por encima, y charlando en la mejor de las compañías.



Air, 15/07/2007, 00:40h, Terminal E: 7

domingo, noviembre 11, 2007

La propiedad de La bola de cristal

Hoy aparece en el diario Público un artículo de opinión de Santiago Alba Rico, guionista de La bola de cristal, recriminando a Leire Pajín, miembro de la directiva del PSOE, la "apropiación" del concepto del mítico programa infantil, juvenil y revolucionariamente humanista, para hacer propaganda electoral en forma de columna de opinión, en el mismo periódico hace un par de semanas.

Os dejo ahí arriba los enlaces de ambos artículos, simplemente porque me parece interesante (y paradigmática) la carrera de apropiación de todo tipo de símbolos por parte de los partidos políticos (sobre todo por parte de los dos "grandes", pero me parece que no se libra ni uno), y que da una idea del nivel del debate político en este país, que antepone símbolos a propuestas, ideas a realidades, en un intento (sin duda efectivo) de marearnos a los electores y mandarnos a votar con una especie de resaca-borrachera de eslóganes, ajenos a nuestras propias inquietudes y necesidades.

viernes, noviembre 09, 2007

"Unravel", Bj... eh... ¿Radiohead?

Pues sí:



Y, ¡la leshe!, webcast ahora mismo en Radiohead TV.

Visto en Cuchara Sónica.

(Sí, ya, más deberes: dejar aquí mis comentarios sobre In Rainbows, el disco "optimista" de los Radiohead.)

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Si estás leyendo este post en vez de trabajar, vigila que algún día el día no acabe así...



Visto en Microsiervos, creo que en Alt1040, seguro que en Muchachada Nuí y en un montón de otras webs.

(Y mira que tenía reparos a ver La hora chanante, y ahora me arrepiento. Si es que me tengo que fiar más de Antonio —el que os recomienda buenos libros en vuestra librería—).

(Segundo paréntesis: el humor absurdo es, eso, absurdo. Fácil de hacer, difícil de hacer gustar. Quizá uno de los instrumentos más potentes, si se usa con inteligencia, para revelar el absurdo de nuestras acciones y relaciones. Ahora, al leer esta noticia, compruebo en el país que el humor absurdo se vuelve deliciosamente recursivo y metaliterario... porque el absurdo está en la vida real, y no en la Muchachada.)

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jueves, noviembre 08, 2007

Why go HispaCon

Juanma se pregunta cuáles pueden ser los motivos para que muchos asistentes habituales hayan preferido no asistir a la HispaCon de este año.

Para aquellos de vosotros que me leáis y no sepáis lo que es (pero, ¿hay lectores de este blog que no lo sepan? Es más, ¿hay lectores de este blog...?), aquí encontraréis información sobre el concepto de las HispaCones.

Bueno, embarrando pies y manos en el ombliguismo más absoluto (al fin y al cabo, es un blog, y como dice Juan Luis Cebrián...), dos han sido básicamente los motivos por los que he decidido no acercarme este año a Sevilla. Voy a intentar analizarlos con un poco de detenimiento:

Primer motivo: resulta que el concierto de !!! está programado dentro de la sesión de viernes del Razzmatazz. Así que mucho hacer cola en la puerta, para pasarnos las dos primeras horas pegados a la valla de primera fila (sí, soy de esos masocas que prefieren que lo aplasten y berrear ante el grupo) bailando al ritmo de los DJs, cosa que no habría estado del todo mal si no fuese porque la segunda hora fue de un agobio agobiante (empellones quiero creer que accidentales, luchas subrepticias por nuestro bien defendido hueco, el humo del tabaco y de los porros -estos últimos menos molestos que los primeros- en una sala supuestamente "libre de humos"). Nuria, que decidió el día antes venir porque, por fin, escuchó sin prejuicios el Myth Takes, visto el percal se subió a la balconada a la derecha del escenario, donde pudo sentarse tranquilamente sin que la aplastasen.



Y a las tres se corrieron las cortinas y se puso en marcha la máquina rítmica, a todo trapo, y evidenciando la pésima infraestructura de sonido de la sala. Donde la música tenía que ser apabullante, acabó siendo confusa; un engranaje nítido quedó en un sucio barrizal de sonido: bajos distorsionados, agudos estridentes, y voces perdidas en el maremágnum. Pero la actitud, ¡ah, amigos!, la actitud pagó con creces la carencia acústica, y Nic Offert y los suyos encararon al público desde el primer momento. Si los comentaristas deportivos, en los demasiado habituales momentos de ahuyentar silencios con cháchara sin sentido, aseguran que el público es el duodécimo jugador del equipo local, !!! busca, casi exige, y obtiene la participación del público en su música, como un cantante más (o más bien como un alocado y enfervorizado fan), el miembro número ocho del grupo (tras la deserción de John Pough) aunque en muchas ocasiones, dado el sonido tan voluptuoso, quienes estamos más habituados a los sencillos coros del pop nos encontramos perdidos, sin saber qué toca: intentar seguir el estribillo en neoyorquino a todo trapo, batir palmas, saltar, o todo ello a la vez.

Soy muy malo recordando setlists, y muy perezoso para apuntarlo durante el concierto (y qué demonios, voy a disfrutar de él, no ha hacer reportajes para Rockdelux) pero casi todo el repertorio se centró en Myth Takes: como dije en su momento, un disco compacto (no me refiero al formato, sino al contenido) y directo al escroto, mucho más adecuado para un directo que no las canciones más desvaídas de sus anteriores trabajos. Arrancaron con "Bend Over Beethoven" (creo recordar), para atacar "All My Heroes Are Weirdos" (el despiporre, con Offert bajando al nivel del público, chocando las manos, agarrándose y volcando su torso sobre el público), "Must Be the Moon", "A New Name" y "Pardon My Freedom". Después creo que llegó el éxtasis con "Heart of Hearts", "Yadnus", me parece recordar el "Sweet Life", cantado por Shannon, todo un chorro de voz y de energía, y sólo puedo suponer que acabaron con "Take Ecstasy With Me", pero a estas alturas no me pidáis grandes esfuerzos... Poco más de una hora que se hizo corta, muy corta, pero muy muy intensa.



Offert es un vendaval que focaliza toda la atención. Choqué manos dos veces con él; Nuria, sentada en la balconada a sus buenos seis metros de altura lo tuvo a apenas dos palmos cuando se subió sobre una de las torres laterales de amplis, cosa que ya había hecho en el lado opuesto del escenario. Precisamente en "A New Name" una colgada (en sentido literal; su cara de beatitud sugería mucha sustancia lisérgica en un cuerpo tan juncal) se subió al (bueno, logró encaramarse y sentarse en el borde del) escenario para recibir los cariños de los cantantes, a los que lanzó un beso tan etéreo como su sobriedad. El pobre segurata (lo de pobre se explica después) la bajó con cuidado, no sin poder evitar que se le resbalase dos veces, y en cuanto se giró, tres chicas más habían asaltado el escenario ante el regocijo de Nic Offert, que disfrutó de lo lindo bailando, y desconcertó al pobre miembro de la seguridad, pidiéndole que las dejase estar allí con él. Estos asaltos se repitieron tres veces (la última ocasión me permitió leer la talla del zapato de la última chiquilla que subió...), con tocamientos impúdicos por ambas partes, a mayor hilaridad del público.

Ronco, empapado en sudor y completamente extenuado (horas antes había ido al gimnasio, si es que ya me vale...), aun así nos quedamos un ratito a la sesión de baile, con la pista ya más despejada y con esa música del Déjà Vu que ya no nos ponen en ningún sitio.

Bueno, después de desmenuzar el primer motivo, vamos a por el

Segundo motivo: si tengo que escoger entre una HispaCon y un concierto de !!!, o de Arcade Fire, o de Simple Minds, o de algún artista que me guste, mucho o poco... creo que me inclino por la música.

Y no me malinterpretéis: me lo paso bien en las hispacones: veo a amigos de las cuatro direcciones de la rosa de los vientos, comentamos nuestros gustos y aficiones (no sólo sobre género), y comemos y bebemos y nos reímos e, incluso, de vez en cuando asisto a algún acto, algunos tan sublimes como la mesa redonda en que participaron César Mallorquí, Fernando Ángel Moreno, José Luis Merino, Lorenzo Silva y José Carlos Somoza. Pero cada vez asisto a menos actos, porque muchos de ellos ya me suenan, ya los he visto, ya ha habido algo parecido. Es como una especie del día de la marmota, más sutil y temática. No es, ni mucho menos, una crítica a los programas de cada HispaCon en particular, sino al concepto en sí. Es inevitable que haya alguna mesa redonda en la que se hable del estado del género en España, o del gueto, o de la edición; charlas con autores a los que, en su gran parte, conocemos por habernos tomado unas cañas con ellos y haber pasado buenos momentos. ¿Se podría ofrecer algo más, alguna innovación, alguna renovación? Quizá sí. Quizá sería necesario un enfoque hacia la promoción de la lectura, a indagar en corrientes paralelas, o que cruzamos sin advertirlas: no me cabe en la cabeza pasar por alto libros y autores de fantasía que venden a cascoporro, caso de Laura Gallego o Philip Pullman, o a los autores arriba mencionados, pero que cada alberga una convención dedicada en exclusiva a la figura de Pascual Enguídanos; u omitir a la literatura infantil y juvenil, cuando una parte nada despreciable de este sector del público se nutre, de una forma a otra, del fantástico. Y que no haya más representación editorial que las editoriales "de género".

Quizá la solución sea la profesionalización. O quizá nos falte el elemento adecuado, la piedra filosofal del fándom. Pero sería buena cosa desperezarnos un poquito y darle vueltas al asunto.


Pearl Jam: Why Go

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domingo, noviembre 04, 2007

Bruce Springsteen & The Arcade Street Band

¿Qué? ¿Que no me creéis? Pues pulsad aquí, subid el volumen y disfrutad.

(Sí, tengo pendiente hablar del Neon Bible. Igual más tarde, cuando acabe unas tareas.)

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jueves, noviembre 01, 2007

Me and a neighbour up in an elevator yard (a true story)

Hace cosa de un mes, más o menos, subí con mi madre a su piso para dejar unos paquetes. Su vecina, la que vive justo en el piso de debajo del de mi madre, subió en el ascensor con nosotros. Empezó a hablar, en tono quejumbroso, de algún achaque y de que había tenido que dejar a sus amigas para venirse, aunque por el tono no parecía que les tuviese excesivo aprecio.

Entonces se me giró y se desarrolló la siguiente conversación:

Ay, qué gordo que te has puesto espetó, sin ocultar cierto desagrado por mi volumen.
Tras un breve silencio, molesto por su mala educación, me agaché ligeramente sobre ella.
Y usted está más mayor... y yo me callo le dije, con los labios apretados.
¡Ay, sí, mejor te callas! -replicó, apartando la vista.


Mi madre empezó a reírse y a justificar que, de los tres hermanos, yo era el más "fuertecito" (eufemismo muy gracioso, por otra parte).

En fin, aquella fue la segunda vez que la vecina me afeaba mi sobrepeso... y seguro que la última.

Os dejo, como mi buen amigo Manu, con la banda sonora de estos días, el preludio al peaso consierto al que asistiremos mañana, después de "seducir" a Nuria con la música de este combo neoyorkaliforniano. No he encontrado el simpar "Me and Giuliani Down the School Yard (A True Story)" que parafraseo para esta entrada chorras, pero el coro final dice mucho de lo que pienso de los que se meten en vidas ajenas:

!!!: "Pardon my freedom"