sábado, diciembre 17, 2005

Os juro que yo quería hablar de literatura, no de urbanismo

Pero hay noticias que me sublevan. Más, si tenemos en cuenta que, cuentas en mano, cambiarnos de piso nos va a suponer estrecharnos el cinturón hasta que el ombligo nos abulte en la espalda.

Ni punto de comparación, por otra parte, con la estafa que han sufrido los que nos iban a vender el piso, y que ha dejado todo el proyecto en aguas de borrajas. Por un tiempo más, voy a seguir siendo un eterno aprendiz de Sentmenat.

Volviendo a la noticia, me parto la caja con el siguiente extracto:

El alcalde comentó que el suelo forestal "comportará un importante ahorro en agua para riego" y aclaró que a pesar de que "no hay todavía ningún proyecto de campo de golf sobre la mesa", sí sabe que la empresa constructora Secopsa tiene previsto ejecutar un plan con 1.000 nuevas viviendas y un campo de golf incluido.


Ya, como si el bosque fuese a garantizarles el suministro de agua. ¿Cómo? Para que fuese cierto, la masa forestal tendría que ser mucho más grande. ¿De dónde creen que procede el peligro de desertización de todo el litoral mediterráneo? Exacto: una deforestación insostenible que evita que se retenga la humedad y que, además, hace que la tierra fértil acabe en el mar debido a la erosión. Además de la tierra perdida por urbanización o falsas áreas verdes (no: un campo de golf no encaja en el ecosistema). Aquí sólo cabe incultura, política del avestruz (meto la cabeza en un agujero y no me entero de nada) o mala fe.

Y si nos vamos a la otra punta del país, tenemos esta otra noticia.

En serio, para estar así, hagamos como sugería Bush: acabemos con todos los bosques, echemos una capa de cemento y construyámos a tope. Y aun así, tendremos un alto porcentaje de pisos vacíos por especulación y seguiremos ahogados por las hipotecas.

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