domingo, diciembre 11, 2005

La prioridad de los problemas

Esta semana se difundía por la prensa que uno de cada cinco españoles es pobre.

Y digo yo: y si en vez de tanto desviar la atención a problemas más triviales, como el debate sobre el Estatut (que no se me malinterprete, que yo estoy a favor... siempre y cuando antes se acabe con este problema), la sucesión real (no comments...) o el Mundial de Alemania y las selecciones autonómicas, ¿no es más importante que todo el mundo tenga asegurado tres comidas diarias, una vivienda digna y un trabajo estable?

A rebufo de este problema, ¿os habéis percatado de la cantidad de nuevas empresas de esas que juntan todas tus cuotas en una sola, reduciéndotela hasta la mitad -según prometen-? Como en el caso de las inmobiliarias, si surgen tantas es porque hay negocio. O sea, ganando dinero (y según estas cifras, mucho dinero) a costa de la necesidad de los más pobres.

Insisto: creo que es urgente y necesario priorizar los problemas en este país y, ya que todo el mundo tiene en la boca la Constitución, recordar que garantiza lo siguiente:

Artículo 35
1. Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo.


Artículo 47
Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación.
La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.


A mí se me caería la cara de vergüenza si me lo tuviesen que recordar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ay, Álex, ojalá, querido...

Haces bien, deberíamos empezar por lo más básico. En realidad es lo que más clama al cielo, aunque, como estamos tan domesticados... Te apoyo! Pero lo tenemos fatal... :-* Yolanda