sábado, abril 29, 2006

Hegemonía o supervivencia, de Noam Chomsky

Si quieres vivir tranquilo, no te leas este libro.

Si quieres entender, o al menos tener una visión no ortodoxa y ampliar miras para analizar críticamente cómo funciona el mundo, entonces este es tu libro.

Hegemonía o supervivencia, en Byblos
Por el título, os podéis imaginar cuál es la tesis que vertebra este ensayo del lingüísta y activista político Noam Chomsky: los sucesivos gobiernos que han ocupado la Casa Blanca, en protección de sus intereses, que son los del capitalismo liberal tutelado por la mayor potencia militar que ha conocido la Tierra, no escatima recursos propagandísticos, diplomáticos y militares para asegurarse el dominio de las fuentes de riqueza: esto es, yacimientos petrolíferos, redes de mercado y libre espacio para las multinacionales de capital estadounidense. Su poderío permite, mediante el uso burdo de la propaganda, esconder o acallar auténticos actos de "terrorismo de Estado" que han conducido a la desolación a países que, mediante políticas de carácter social, se atrevían a desafiar las tesis neoliberales: Nicaragua, el Salvador, Colombia, Haití, Indonesia, ahora Irak... ¿Os suenan las guerrillas, los dictadores despiadados, las hambrunas, las ocupaciones militares como la isla de Granada? ¿Qué se ha hecho de todo aquello? ¿Por qué nadie se acuerda? Noam Chomsky desgrana cómo, sobre todo desde el final de la Segunda Guerra Mundial, pero incluso desde antes, las tesis wilsonianas han despreciado los intereses sociales en pos del capital, llegando al extremo de que el país más rico del mundo tenga la mayor tasa de muertes por negligencia o desatención a causa de la práctica inexistencia de la sanidad pública, un derecho más que fundamental en muchos países, y no tan sólo de la Europa del bienestar.

Mientras que sus conclusiones son brillantes, Chomsy peca en muchas ocasiones de visceral, en cuanto las adelanta a las pruebas, dejando en el lector la sensación de alcanzar unas conclusiones ya prejuiciadas.

De cualquier forma, es más que recomendable para desmoronar mitos que se han afianzado en nuestra cultura y que, a poco que pensemos, son inconsistentes, como varios Nobel de la Paz a figuras como Peres, Arafat, Carter y otros, que jamás podrán lavarse las manos de sangre ni aun usando lejía y manopla de esparto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

lo tenemos en casa, en la estantería del recibidor y de vez en cuando lo miro, pienso un poco y paso de largo. la verdad es que se lo regalé para algun sant jordi a truman, y al cabo de unos días llegaba cada día a casa de muy mala leche. qué te pasa? nada..no sé. así día tras día, hasta que al final se dio cuenta que era el libro que le enardecía y le generaba rabia. así que así estamos, que como no me atrevo tu...