jueves, septiembre 01, 2005

Puerta al verano, de Robert Heinlein

Heinlein es un autor rodeado de un aura polémica respecto a su ideología, que en su obra parece vislumbrarse aunque no de forma completamente clara. O, por lo menos, no muy clara para sus lectores, que se dividen entre los que lo consideran un ultraliberal furibundo o un anarquista radical.

Sea como fuere, si Robert A. Heinlein aún es leído es, indudablemente, por su calidad a la hora de escribir. Este Puerta al verano es un ejemplo entretenido de qué te puedes encontrar en un libro de Heinlein. El sentido del ritmo es ciertamente notable en esta obra, menor en comparación con sus grandes clásicos del estilo La luna es una cruel amante o Tropas del espacio. El protagonista es el arquetipo heinleiniano del hombre que, con su voluntad, vence (casi) todas las adversidades y es capaz de hacerse un hueco en la sociedad: honesto aunque agresivo, desconfiado del resto del mundo y un punto misógino (las dos protagonistas varían entre la que en catalán llamaríamos una mala pècora que es la que genera el conflicto, y la chica que espera pacientemente a su hombre figura protectora... aunque tengan que pasar varias décadas. Una fidelidad a prueba de bombas).

Dan Davis es sin duda un personaje que se nos quedará grabado por el desparpajo con que expone su ideología (aquí yo voto por la ideología ultralibreal), un personaje consistente, bravucón, pero a la vez fiel y obstinado, cuya evolución gratifica al lector al identificarse con alguien de convicción fuerte, aunque para conseguir el objetivo justo acabe cometiendo algunos "delitos" según la sociedad, no según su escala de valores.

Por otra parte, hay que destacar, además del ritmo, las excelentes descripciones de Heinlein, útiles y precisas durante la acción, y poéticas durante los momentos de remanso (impagable esa puerta al verano que reclama el gato de Davis cada invierno).

Yo me decidí a comprar Puerta al verano tras oír una deliciosa descripción del mismo de boca de Fernando Ángel Moreno y comprobar que era uno de los primeros títulos que La Factoría publicaba en bolsillo bajo la joint-venture de Puzzle. Porque, de verdad, pagar 18 o 20 euros por un libro con una traducción bastante poco natural (por ser finos) y una edición que incorpora como extra el juego "adivina dónde acaba el diálogo y dónde empieza el inciso", o el más divertido aún "adivina qué criterio uso aquí" me hubiese dolido en el bolsillo y en la moral. El poco cuidado puesto en la edición es de juzgado. Y que se mantengan en esta edición puede dañar el prestigio del sello creado para bolsillo por La Factoria y otras editoriales.

Robert A. Heinlein
Puerta al verano
Puzzle/La Factoría de Ideas, col. Ciencia Ficción
ISBN: 84-96525-34-1
P.V.P.: 7,95 euros

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece un Heinlein Puro, tiene absolutamente todas las caracteristicas de su obra. Para mi es de los mejores

Nacho dijo...

Personalmente me reconozco incapaz de juzgar a Heinlein con objetividad. Es tan directo a la hora de presentar sus ideas y hace tan poco por metértela doblada que acabo haciéndole un juicio sumario un tanto injusto. Por de dónde vengo, quien y de cuándo soy. En los años 50 en EE.UU. sería un entregado lector.

Por otro lado, la traducción es normal que haya salido así ya que es un producto Martínez Roca Superficción, que parece todavía más antigua. Además, hace unos días Manuel de los Reyes comentó en el aburreovejas que es el único trabajo que figura en la base de datos del ISBN de su traductor. Si a eso le sumamos que será un puro volcado OCR... como la edición de "El hombre imposible" de Brunner pero menos sangrante.

P.D: ¿No os pareció que los pensamentos del protagonista sobre la niña bordean la pedofilia?

Álex Vidal dijo...

El traductor, ¿no sería primo de M. Blanco? :D

Y sí, a mí también me olió mal el rollito que se lleva con la niña. Ese "uy cuándo sea mayor y se la pueda meter..."

Por cierto, que después de colgar el post, me doy cuenta que... ¡no comenté nada sobre la trama! :/

Nacho dijo...

Sobre la trama... has hecho bien en olvidarla porque éste es uno de esos libros que se disfrutan más si no sabes nada. De hecho, decir que es (MINISPOILER) una novela de viajes en el tiempo, como dice la contraportada o todas las referencias que se hacen a él, te jode parte del encanto de la historia: ya sabes que ciertas observaciones que el protagonista hace en el pasado sobre cosas extrañas se van a resolver 150 páginas más adelante cuando él mismo las ponga a funcionar.

A falta de leer parte del, llamémosle, corpus Heinleiniano ("Tiempo de amar", "Ruta de gloria" o "El número de la bestia"), me da que es la novela que mejor describe su narrativa. Tanto por la trama como por los cachivaches que se describen en el futuro, es el producto de un ingeniero de los años 50 que creó su propia escuela.

Como curiosidad, cuando vi en el cine la tercera de Harry Potter, la pirueta final, me recordó esta novela.