Andaba con curiosidad detrás de este libro, uno de los más vendidos en castellano de los últimos años, y que ha generado más expectación aún tras la adaptación cinematográfica de David Trueba.
Así, ese ángel de la guarda que me acompaña desde hace más de diez años y que se llama Nuria me lo regaló este último Sant Jordi. Atraído por la ambientación (la Guerra Civil de la que apenas me enseñaron nada en el colegio), Soldados de Salamina dio un salto por encima de la Pila, y no hace mucho me lo acabé.
¿Qué sensaciones me produjo? Me maravilló el desenlace, alejado de lo que el breve texto de contraportada anuncia: no es tanto la historia de Rafael Sánchez Mazas la que interesa, a pesar de ser el eje de la narración y alrededor de la que pivotan los tres arcos argumentales de la novela, sino la memoria de aquellos soldados que el olvido (interesado) los ha borrado de nuestra historia.
Si el final es conmovedor, no lo es tanto las dos primeras partes de la novela. En la primera, el protagonista, el mismo Javier Cercas, inicia una investigación sobre los fusilamientos del Collell para intentar esclarecer las razones que hicieron que Sánchez Mazas, fundador de la Falange y uno de los ideólogos detrás de la confrontación que condujo a la Guerra Civil, sobrevivió. La segunda se inicia con una reconstrucción más o menos fiel (más o menos porque no existe documentación que la certifique) de la vida del falangista. En ambas partes se presenta un Cercas abocado a las dudas que semejante investigación le plantea en su vida, dudas tanto de índole moral como personal. Unas dudas que bien se pueden presentar como una de las herencias amargas de la dictadura y la posterior transición, lo que podríamos denominar el Tiempo del Olvido.
Y es que, a pesar de la sinceridad con que Cercas plantea estas cuestiones, en ciertos momentos parece estar embrollándose en los temas que intenta desarrollar; no en vano, iniciar el acercamiento a los fusilamientos del Collell desde tres momentos diferentes, dos en la vida del protagonista y uno a través de los ojos imaginados de Sánchez Mazas, puede pecar de reiterativo. La sensación que deja es un tanto dispersa, como de alguien que, al intentar ahondar en la mirada interna, pierde el foco y deja que la trama se difumine, hecho que acaba repercutiendo incluso en el estilo, que en alguna ocasión embarranca y, en alguna otra, parece incluso un poco descuidado.
De cualquier forma, la sensibilidad y la, ciertamente, valiente apuesta de Cercas hace de este Soldados de Salamina una lectura recomendable.
Javier Cercas
Soldados de Salamina
Ed. Tusquets, col. Andanzas, núm. 433
Barcelona, 2001
ISBN: 84-8310-161-0
jueves, junio 23, 2005
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2 comentarios:
mientras leia pensaba que dirías que no la recomendabas... de todas formas no creo que caga pronto en mis manos, pero ya se que si lo encuentro en casa de alguien algun fin de semana de playa y no llevo nada a mano, me puedo leer ese.
Como fue el finde?
Bueno, ahora que repaso mentalmente el libro, la verdad es que las dos primeras partes me parecieron bastante repetitivas. Más o menos como El libro del Día del Juicio Final, pero en vez de expresar cada tres páginas "cómo sufre esta gente del Medievo", es más pajamentaril: "oh, no puedo escribir, no puedo escribir, qué me pasa que no puedo escribir, y por qué salvó la vida a Sánchez Mazas". La verdad, como escritor, Cercas me ha decepcionado bastante, y debería haber sido más duro en la reseña.
El finde fue fenomenal. Sol, buena comida y habaneras, y mucho relax :)
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