Juanma se pregunta cuáles pueden ser los motivos para que muchos asistentes habituales hayan preferido no asistir a la HispaCon de este año.
Para aquellos de vosotros que me leáis y no sepáis lo que es (pero, ¿hay lectores de este blog que no lo sepan? Es más, ¿hay lectores de este blog...?), aquí encontraréis información sobre el concepto de las HispaCones.
Bueno, embarrando pies y manos en el ombliguismo más absoluto (al fin y al cabo, es un blog, y como dice Juan Luis Cebrián...), dos han sido básicamente los motivos por los que he decidido no acercarme este año a Sevilla. Voy a intentar analizarlos con un poco de detenimiento:
Primer motivo: resulta que el concierto de !!! está programado dentro de la sesión de viernes del Razzmatazz. Así que mucho hacer cola en la puerta, para pasarnos las dos primeras horas pegados a la valla de primera fila (sí, soy de esos masocas que prefieren que lo aplasten y berrear ante el grupo) bailando al ritmo de los DJs, cosa que no habría estado del todo mal si no fuese porque la segunda hora fue de un agobio agobiante (empellones quiero creer que accidentales, luchas subrepticias por nuestro bien defendido hueco, el humo del tabaco y de los porros -estos últimos menos molestos que los primeros- en una sala supuestamente "libre de humos"). Nuria, que decidió el día antes venir porque, por fin, escuchó sin prejuicios el Myth Takes, visto el percal se subió a la balconada a la derecha del escenario, donde pudo sentarse tranquilamente sin que la aplastasen.
Y a las tres se corrieron las cortinas y se puso en marcha la máquina rítmica, a todo trapo, y evidenciando la pésima infraestructura de sonido de la sala. Donde la música tenía que ser apabullante, acabó siendo confusa; un engranaje nítido quedó en un sucio barrizal de sonido: bajos distorsionados, agudos estridentes, y voces perdidas en el maremágnum. Pero la actitud, ¡ah, amigos!, la actitud pagó con creces la carencia acústica, y Nic Offert y los suyos encararon al público desde el primer momento. Si los comentaristas deportivos, en los demasiado habituales momentos de ahuyentar silencios con cháchara sin sentido, aseguran que el público es el duodécimo jugador del equipo local, !!! busca, casi exige, y obtiene la participación del público en su música, como un cantante más (o más bien como un alocado y enfervorizado fan), el miembro número ocho del grupo (tras la deserción de John Pough) aunque en muchas ocasiones, dado el sonido tan voluptuoso, quienes estamos más habituados a los sencillos coros del pop nos encontramos perdidos, sin saber qué toca: intentar seguir el estribillo en neoyorquino a todo trapo, batir palmas, saltar, o todo ello a la vez.
Soy muy malo recordando setlists, y muy perezoso para apuntarlo durante el concierto (y qué demonios, voy a disfrutar de él, no ha hacer reportajes para Rockdelux) pero casi todo el repertorio se centró en Myth Takes: como dije en su momento, un disco compacto (no me refiero al formato, sino al contenido) y directo al escroto, mucho más adecuado para un directo que no las canciones más desvaídas de sus anteriores trabajos. Arrancaron con "Bend Over Beethoven" (creo recordar), para atacar "All My Heroes Are Weirdos" (el despiporre, con Offert bajando al nivel del público, chocando las manos, agarrándose y volcando su torso sobre el público), "Must Be the Moon", "A New Name" y "Pardon My Freedom". Después creo que llegó el éxtasis con "Heart of Hearts", "Yadnus", me parece recordar el "Sweet Life", cantado por Shannon, todo un chorro de voz y de energía, y sólo puedo suponer que acabaron con "Take Ecstasy With Me", pero a estas alturas no me pidáis grandes esfuerzos... Poco más de una hora que se hizo corta, muy corta, pero muy muy intensa.
Offert es un vendaval que focaliza toda la atención. Choqué manos dos veces con él; Nuria, sentada en la balconada a sus buenos seis metros de altura lo tuvo a apenas dos palmos cuando se subió sobre una de las torres laterales de amplis, cosa que ya había hecho en el lado opuesto del escenario. Precisamente en "A New Name" una colgada (en sentido literal; su cara de beatitud sugería mucha sustancia lisérgica en un cuerpo tan juncal) se subió al (bueno, logró encaramarse y sentarse en el borde del) escenario para recibir los cariños de los cantantes, a los que lanzó un beso tan etéreo como su sobriedad. El pobre segurata (lo de pobre se explica después) la bajó con cuidado, no sin poder evitar que se le resbalase dos veces, y en cuanto se giró, tres chicas más habían asaltado el escenario ante el regocijo de Nic Offert, que disfrutó de lo lindo bailando, y desconcertó al pobre miembro de la seguridad, pidiéndole que las dejase estar allí con él. Estos asaltos se repitieron tres veces (la última ocasión me permitió leer la talla del zapato de la última chiquilla que subió...), con tocamientos impúdicos por ambas partes, a mayor hilaridad del público.
Ronco, empapado en sudor y completamente extenuado (horas antes había ido al gimnasio, si es que ya me vale...), aun así nos quedamos un ratito a la sesión de baile, con la pista ya más despejada y con esa música del Déjà Vu que ya no nos ponen en ningún sitio.
Bueno, después de desmenuzar el primer motivo, vamos a por el
Segundo motivo: si tengo que escoger entre una HispaCon y un concierto de !!!, o de Arcade Fire, o de Simple Minds, o de algún artista que me guste, mucho o poco... creo que me inclino por la música.
Y no me malinterpretéis: me lo paso bien en las hispacones: veo a amigos de las cuatro direcciones de la rosa de los vientos, comentamos nuestros gustos y aficiones (no sólo sobre género), y comemos y bebemos y nos reímos e, incluso, de vez en cuando asisto a algún acto, algunos tan sublimes como la mesa redonda en que participaron César Mallorquí, Fernando Ángel Moreno, José Luis Merino, Lorenzo Silva y José Carlos Somoza. Pero cada vez asisto a menos actos, porque muchos de ellos ya me suenan, ya los he visto, ya ha habido algo parecido. Es como una especie del día de la marmota, más sutil y temática. No es, ni mucho menos, una crítica a los programas de cada HispaCon en particular, sino al concepto en sí. Es inevitable que haya alguna mesa redonda en la que se hable del estado del género en España, o del gueto, o de la edición; charlas con autores a los que, en su gran parte, conocemos por habernos tomado unas cañas con ellos y haber pasado buenos momentos. ¿Se podría ofrecer algo más, alguna innovación, alguna renovación? Quizá sí. Quizá sería necesario un enfoque hacia la promoción de la lectura, a indagar en corrientes paralelas, o que cruzamos sin advertirlas: no me cabe en la cabeza pasar por alto libros y autores de fantasía que venden a cascoporro, caso de Laura Gallego o Philip Pullman, o a los autores arriba mencionados, pero que cada alberga una convención dedicada en exclusiva a la figura de Pascual Enguídanos; u omitir a la literatura infantil y juvenil, cuando una parte nada despreciable de este sector del público se nutre, de una forma a otra, del fantástico. Y que no haya más representación editorial que las editoriales "de género".
Quizá la solución sea la profesionalización. O quizá nos falte el elemento adecuado, la piedra filosofal del fándom. Pero sería buena cosa desperezarnos un poquito y darle vueltas al asunto.
Pearl Jam: Why Go
Para aquellos de vosotros que me leáis y no sepáis lo que es (pero, ¿hay lectores de este blog que no lo sepan? Es más, ¿hay lectores de este blog...?), aquí encontraréis información sobre el concepto de las HispaCones.
Bueno, embarrando pies y manos en el ombliguismo más absoluto (al fin y al cabo, es un blog, y como dice Juan Luis Cebrián...), dos han sido básicamente los motivos por los que he decidido no acercarme este año a Sevilla. Voy a intentar analizarlos con un poco de detenimiento:
Primer motivo: resulta que el concierto de !!! está programado dentro de la sesión de viernes del Razzmatazz. Así que mucho hacer cola en la puerta, para pasarnos las dos primeras horas pegados a la valla de primera fila (sí, soy de esos masocas que prefieren que lo aplasten y berrear ante el grupo) bailando al ritmo de los DJs, cosa que no habría estado del todo mal si no fuese porque la segunda hora fue de un agobio agobiante (empellones quiero creer que accidentales, luchas subrepticias por nuestro bien defendido hueco, el humo del tabaco y de los porros -estos últimos menos molestos que los primeros- en una sala supuestamente "libre de humos"). Nuria, que decidió el día antes venir porque, por fin, escuchó sin prejuicios el Myth Takes, visto el percal se subió a la balconada a la derecha del escenario, donde pudo sentarse tranquilamente sin que la aplastasen.
Y a las tres se corrieron las cortinas y se puso en marcha la máquina rítmica, a todo trapo, y evidenciando la pésima infraestructura de sonido de la sala. Donde la música tenía que ser apabullante, acabó siendo confusa; un engranaje nítido quedó en un sucio barrizal de sonido: bajos distorsionados, agudos estridentes, y voces perdidas en el maremágnum. Pero la actitud, ¡ah, amigos!, la actitud pagó con creces la carencia acústica, y Nic Offert y los suyos encararon al público desde el primer momento. Si los comentaristas deportivos, en los demasiado habituales momentos de ahuyentar silencios con cháchara sin sentido, aseguran que el público es el duodécimo jugador del equipo local, !!! busca, casi exige, y obtiene la participación del público en su música, como un cantante más (o más bien como un alocado y enfervorizado fan), el miembro número ocho del grupo (tras la deserción de John Pough) aunque en muchas ocasiones, dado el sonido tan voluptuoso, quienes estamos más habituados a los sencillos coros del pop nos encontramos perdidos, sin saber qué toca: intentar seguir el estribillo en neoyorquino a todo trapo, batir palmas, saltar, o todo ello a la vez.
Soy muy malo recordando setlists, y muy perezoso para apuntarlo durante el concierto (y qué demonios, voy a disfrutar de él, no ha hacer reportajes para Rockdelux) pero casi todo el repertorio se centró en Myth Takes: como dije en su momento, un disco compacto (no me refiero al formato, sino al contenido) y directo al escroto, mucho más adecuado para un directo que no las canciones más desvaídas de sus anteriores trabajos. Arrancaron con "Bend Over Beethoven" (creo recordar), para atacar "All My Heroes Are Weirdos" (el despiporre, con Offert bajando al nivel del público, chocando las manos, agarrándose y volcando su torso sobre el público), "Must Be the Moon", "A New Name" y "Pardon My Freedom". Después creo que llegó el éxtasis con "Heart of Hearts", "Yadnus", me parece recordar el "Sweet Life", cantado por Shannon, todo un chorro de voz y de energía, y sólo puedo suponer que acabaron con "Take Ecstasy With Me", pero a estas alturas no me pidáis grandes esfuerzos... Poco más de una hora que se hizo corta, muy corta, pero muy muy intensa.
Offert es un vendaval que focaliza toda la atención. Choqué manos dos veces con él; Nuria, sentada en la balconada a sus buenos seis metros de altura lo tuvo a apenas dos palmos cuando se subió sobre una de las torres laterales de amplis, cosa que ya había hecho en el lado opuesto del escenario. Precisamente en "A New Name" una colgada (en sentido literal; su cara de beatitud sugería mucha sustancia lisérgica en un cuerpo tan juncal) se subió al (bueno, logró encaramarse y sentarse en el borde del) escenario para recibir los cariños de los cantantes, a los que lanzó un beso tan etéreo como su sobriedad. El pobre segurata (lo de pobre se explica después) la bajó con cuidado, no sin poder evitar que se le resbalase dos veces, y en cuanto se giró, tres chicas más habían asaltado el escenario ante el regocijo de Nic Offert, que disfrutó de lo lindo bailando, y desconcertó al pobre miembro de la seguridad, pidiéndole que las dejase estar allí con él. Estos asaltos se repitieron tres veces (la última ocasión me permitió leer la talla del zapato de la última chiquilla que subió...), con tocamientos impúdicos por ambas partes, a mayor hilaridad del público.
Ronco, empapado en sudor y completamente extenuado (horas antes había ido al gimnasio, si es que ya me vale...), aun así nos quedamos un ratito a la sesión de baile, con la pista ya más despejada y con esa música del Déjà Vu que ya no nos ponen en ningún sitio.
Bueno, después de desmenuzar el primer motivo, vamos a por el
Segundo motivo: si tengo que escoger entre una HispaCon y un concierto de !!!, o de Arcade Fire, o de Simple Minds, o de algún artista que me guste, mucho o poco... creo que me inclino por la música.
Y no me malinterpretéis: me lo paso bien en las hispacones: veo a amigos de las cuatro direcciones de la rosa de los vientos, comentamos nuestros gustos y aficiones (no sólo sobre género), y comemos y bebemos y nos reímos e, incluso, de vez en cuando asisto a algún acto, algunos tan sublimes como la mesa redonda en que participaron César Mallorquí, Fernando Ángel Moreno, José Luis Merino, Lorenzo Silva y José Carlos Somoza. Pero cada vez asisto a menos actos, porque muchos de ellos ya me suenan, ya los he visto, ya ha habido algo parecido. Es como una especie del día de la marmota, más sutil y temática. No es, ni mucho menos, una crítica a los programas de cada HispaCon en particular, sino al concepto en sí. Es inevitable que haya alguna mesa redonda en la que se hable del estado del género en España, o del gueto, o de la edición; charlas con autores a los que, en su gran parte, conocemos por habernos tomado unas cañas con ellos y haber pasado buenos momentos. ¿Se podría ofrecer algo más, alguna innovación, alguna renovación? Quizá sí. Quizá sería necesario un enfoque hacia la promoción de la lectura, a indagar en corrientes paralelas, o que cruzamos sin advertirlas: no me cabe en la cabeza pasar por alto libros y autores de fantasía que venden a cascoporro, caso de Laura Gallego o Philip Pullman, o a los autores arriba mencionados, pero que cada alberga una convención dedicada en exclusiva a la figura de Pascual Enguídanos; u omitir a la literatura infantil y juvenil, cuando una parte nada despreciable de este sector del público se nutre, de una forma a otra, del fantástico. Y que no haya más representación editorial que las editoriales "de género".
Quizá la solución sea la profesionalización. O quizá nos falte el elemento adecuado, la piedra filosofal del fándom. Pero sería buena cosa desperezarnos un poquito y darle vueltas al asunto.
Pearl Jam: Why Go
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11 comentarios:
A nuestra edad y con nuestra experiencia, ¿hacen falta motivos para no ir a una Ijpakon?
¿hay lectores de este blog...?
Ooooohhh, ¡¿será posible?! ¿así nos trata usted, sr. Vidal? snif. Pues hala, ahora no le digo que yo a Hijpakones no he ido a ninguna, y a conciertos de !!! tampoco :p
A nuestra edad y con nuestra experiencia,
Eso no sé si ha sonado a que te consideras un dinosaurio friki o a que te consideras el rey del frikimambo...:p
Siempre se podría elegir una vía de compromiso: llevar a !!! a una hispacón, por ejemplo. :-P
¿Iba en calzones el Offer, o esta vez iba medio vestido? :-P
Eso no sé si ha sonado a que te consideras un dinosaurio friki o a que te consideras el rey del frikimambo
Ejke una cosa es ver y charlar con los amigotes, que está muy bien, y otra aguantar toda la patulea y desorganización frikista.
otra aguantar toda la patulea y desorganización frikista.
Eso tiene fácil arreglo, abuelete. He oído campanas sobre una posible futura BarnaCon...¿qué tal si ayudas a organizarla? digo, para demostrar que friki no es sinónimo de desorganizado o que se puede mejorar :ppppp
Joer, que buenos que son los !!!.
En el primer video que has colgado, pese al pésimo sonido, te vienen ganas de ponerte a bailar. Además Heart of Hearts es mi canción favorita.
Pues haber venido :-P
Nic iba de pantalones, los calzones+chanclas-guiri-total se las debió dejar en el hotel.
Lo malo fue la espera preconcierto, porque además del agobio, que curiosamente desapareció cuando empezaron, el DJ se dedicó a hacer experimentos raros...
No sé. Sólo he ido a dos HispaCones y me lo pasé genial en ambas. En una compaginando bastantes eventos del programa con la charla de pasillo (Getafe; yo también atesoro en mi memoria la mesa redonda entre Somoza, Mallorquí, Merino... ¡Qué calidad!) y en la otra (Vigo) por la BarraCon. Y repetiría porque siempre hay cosas interesantes que escuchar, además de todo lo que rodea a las conferencias en sí.
El problema es que son tres días, en Noviembre, muchas veces en la otra punta de España y después de los gastos vacacionales cuesta soltar los euros que suman desplazamiento + alojamiento + manuntención + vicio. Sobre todo en estos tiempos de hipoteca creciente .
Quizás se podría probar en otras fechas más veraniegas, como ocurre con las WorldCones que (si no me equivoco) suelen ser en Agosto o comienzos de Septiembre. Supongo que ahí está todo el mundo de vacaciones, pero creo que se puede conciliar (y alivia los desplazamientos; a mi eso de viajar un viernes cientos de kilómetros para volver un domingo me agobia una barbaridad).
Otro problema es que se echa en falta un poco más de "espíritu". Apenas un puñado de editoriales hacen coincidir algunos lanzamientos importantes con la convención. Si aparte de Bibliópolis, AJEC o Parnaso otras editoriales apoyasen este evento con algún lanzamiento especial, la visita de algún autor... Y que esos libros se pudiesen comprar primero allí. Pero eso es un tema que se escapa completamente al evento en sí porque depende de una estructura editorial que, ahora mismo, pasa de las convenciones.
Manu: otra aguantar toda la patulea y desorganización frikista
Un pelín rey del frikimambo sí que eres, ¿ein? :P
Cristina: He oído campanas sobre una posible futura BarnaCon
Pues por el momento parece que se quedan sólo en eso, en campanas... :(
Kaoss: el DJ se dedicó a hacer experimentos raros...
Que no estaban mal al principio, pero que fueron rayantes durante la segunda hora (y nosotros allí, aguantando las posiciones... Qué suplicio.)
Pues por el momento parece que se quedan sólo en eso, en campanas... :(
Pos te he buscado un colaborador la mar de trabajador y resolutivo...ya te contaré, ya...(o que te cuente Juanma...)
Pos te he buscado un colaborador la mar de trabajador y resolutivo...
Pues no caigo en quién será ese prodigio resolutivo ;p
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