lunes, agosto 29, 2005

Detrás de todo gran hombre...

... y con toda la razón del mundo. He buscado más información sobre Ali Stewart y, aparte del link del título, he encontrado este artículo (bastante majo) sobre la fundadora de la marca de ropa de comercio justo Edun. Echadle un vistazo, que merece mucho la pena.

Consignas, complejo de Peter Pan y cambiar el mundo

Hoy ha caído en mis manos el dominical de La Vanguardia (gracias, Ce) del 7 de agosto, en el que el artículo de portada es una entrevista, concedida por Bono a David Dusster en Amsterdam 3 semanas antes de que el Vertigo//2005 Tour aterrizase en Barcelona. El tema central de la entrevista es el activismo de Bono en temas sociales, con especial énfasis en la erradicación de la pobreza extrema, que ya comenté en un post anterior.

En algún caso puede pecar de ingenuidad, y sin embargo... y sin embargo, quizá esa misma ingenuidad es la fuerza que falta para cambiar el mundo. Recuperar esa ilusión que muchos dejamos en el camino y que, al recordarla, sentimos una punzada aquí adentro e, instintivamente, sabemos que ahí había una fuerza positiva, correcta. En palabras de Paul Hewson (a.k.a. Bono):

Cuando eres más joven quieres librarte de la ingenuidad, pero ahora que me he
ido haciendo mayor [Bono tiene 45 años] me he dado cuenta de lo poderosos que
éramos con nuestra ingenuidad. Teníamos algo. Cuanto más mundo conoces, más te
das cuenta de que tenías razón antes. Cuando eres joven crees que puedes cambiar
el mundo y conforme creces, consideras que es imposible. Pero en verdad tenías
razón cuando eras joven.


Esa ingenuidad puede llegar a ser peligrosa. Porque, respecto a la pobreza extrema, conduce a pensar que condonar la deuda es suficiente. No; eso es caridad. ¿Os acordáis de lo que decía Confucio sobre dar un pescado o enseñar a pescar? Ante la pregunta de que la pobreza continúa, Bono lo tiene bastante claro:

Desafortunadamente, la pobreza no es un asunto simple y tiene raíces
estructurales. Ahora ya no basta con la caridad, ahora tenemos que hablar de
justicia y de hacer un mundo muy diferente.


¿Se hace lo suficiente? Ni de lejos. ¿Tiene Bono el poder de cambiar el mundo? No, ni Bono, ni el Papa, ni Bush y su gabinete solos. Pero convencer a los gobernantes y a los poderosos, o al menos sentarlos y que discutan sobre ello, es un primer paso (de un trayecto que viene a ser como el Camino de Santiago dando la vuelta por Ciudad del Cabo). Y han de darse cuenta de que la caridad no es más que una relación de dependencia, y esa dependencia implica una humillación para el pobre. África no es pobre, no en recursos, no en potencial. África es una tierra expoliada. Se tiene que asentar una relación en otro orden:

El comercio... tal vez vendrá de África. Una cosa que aprendí en África [Bono y
su mujer Ali pasaron un mes de incógnito trabajando en un orfanato en Etiopía
después del Live Aid del 1985] es que ellos siempre quieren hablar de comercio y
no de ayuda. Y puedo entender por qué, porque ellos no quieren ser siempre
tratados con condescendencia. Siempre estamos pensando en los pobres africanos.
Y ellos quieren hablar de comercio, de teléfonos, son gente muy emprendedora.


Para alguien que reconoce hervir de rabia por dentro (por eso es un rockero), aprender a ser pragmático ha sido vital para conseguir reunirse con los líderes del G-8. En el editorial del dominical, Josep Carles Rius, sobre Bono y su trabajo, opina:

Las palabras de Bono cobran fuerza ante la impotencia de las viejas recetas
políticas para resolver desafíos de una magnitud y una complejidad inéditas en
los últimos decenios. Y su prestigio se consolida en un mundo carente de
liderazgos incuestionables al frente de las mayores potencias. Bono representa
una música y una voz respetada en todo el mundo, uno de los escasos referentes
morales a escala global en tiempos de desconcierto. Es como la tercera vía entre
una izquierda que ha perdido su capacidad de transformación de la historia y una
derecha desbordada por el vértigo de los cambios. Es, al menos, la esperanza de
que aún es posible cambiar el mundo.


Esa izquierda desnortada que, a los votantes de izquierda, nos avergüenza; esa derecha anclada, inmóvil. Políticos: tomad nota.

Babylon 5 2.ª temporada en junio del 2006

Leo en la web española Estrella Naciente (dedicada al mundo de Babylon 5 y a otros trabajos de su creador, J. Michael Straczynski) la noticia (disponible aquí y pinchando sobre el título del post) de que Warner Bros. España (sección Home Video) ha anunciado la intención de lanzar al mercado español la segunda temporada de esta serie (en mi modesta opinión, la mejor serie de ciencia ficción de todos los tiempos) para junio del 2006. Atentos a la expresión: tienen la intención. O sea, tomad esta fecha con pinzas.

(Absteneos de las bromitas sobre las fechas de Tormenta de espadas, que se os ve venir de lejos...)

Donde dije digo, digo trece

¿Verdad que dije que el 3 de marzo del 2006 Simple Minds actuarían en la sala Razzmatazz? Pues alguien se equivocó. Bueno, yo fui demasiado rápido. Y eso que en la web de Razzmatazz aún no han confirmado nada.

Aun así, la información de la página web oficial de Simple Minds ha cambiado la fecha por la del 13 de marzo del 2006 en la misma sala. Seguiremos informando. (Bueno, informaré de la puesta a la venta en cuanto tenga mis entradas en las manos. Ya sé que no las van a agotar como las de los U2 a través de la vergonzosa Tick Tack Ticket -y sus inexplicables comisiones por gestión de entrada-, pero uno no sólo es friki de la literatura fantástica...).

domingo, agosto 28, 2005

Música con fecha de caducidad

Donde primero siento el paso del tiempo es, curiosamente, escuchando música. Si hace lo que yo no creo que sean tantos años, es decir, allá por 1987, odiaba con toda mi alma la música facilona, el Euro-dance más baboso del que la llamada Hit Factory de Stock, Aitken & Waterman producía para los fans más descerebrados cual porras de una churrería, hoy me sorprendo tarareando, ante mi propia vergüenza, "Never Gonna Give You Up" o "Together Forever" las raras ocasiones en que suenan por la radio.

Hoy suenan tran tremendamente desfasadas... Y me traen tan gratos recuerdos de una época tan feliz, tan despreocupada...

Y, entonces, uno se pregunta, ¿qué ha sido de aquel chaval de 19 años con pinta de no haber roto nunca un plato y que las traía tan de cabeza? Bueno, recordad su imagen entre el '87 y el '89, respirad hondo, no os asustéis (el tiempo no pasa en balde y el fotógrafo no fue excesivamente piadoso con él) y pinchad aquí.

¿Y por qué él, justamente, de todos los productos de la Hit Factory (Bananarama, Kylie Minogue, Jason Donovan, Mel & Kim, Big Fun... ¡cuánto daño hicieron a la música!), es el que recuerdo con mayor agrado? Casi 20 años después, mitigada ya la aversión visceral, hay que reconocer que, de todos los arriba mencionados, es el que, puesto ante un micrófono, era capaz de demostrar que, si no talento, al menos poseía una voz de barítono capaz de dotar de vida cualquier canción.

En 1991 publicó un album cuyo nombre era realmente significativo: Free. Gran parte de sus cortes habían sido escritos por el mismo Astley, y parecía dar un portazo al sonido empalagoso marca SAW para sumergirse en el soul, comercial, pero soul al fin y al cabo. Tras algo así como 8 hit-singles prefabricados por los SAW, Free no alcanzó nunca la clasificación en listas de los dos discos anteriores. Y del siguiente, Body & Soul, hace sólo dos días, buceando por la red, que me enteré de su existencia.

Quizá fue porque, como algún crítico ha dicho, cuando saltó a la arena del soul ya despuntaban animales (de escena) como Michael Bolton o Kenny G que rápidamente lo eclipsaron, toda vez que Rick Astley había sido encasillado como marioneta de Stock, Aitken & Waterman producto exclusivo para discotecas y eso, a su pesar, le lastró mucho. O quizá, como indicaba algún rumor, los mismos SAW se esforzaron para sabotear la carrera de Rick Astley. Él mismo indica en su web que llegó a un punto en que se le desarrolló una fobia a viajar en avión que no era sino una consecuencia del stress al que su rango de popstar lo había sometido. Y, con una novia y una niña de dos años, creyó que lo mejor era retirarse con toda la pasta gansa que había ganado (un porcentaje mínimo de los royalties por las canciones escritas por SAW; así que imaginad lo que debe haber ingresado estetriunvirato del pop) y ser un buen padre de familia.

Personalmente, y por mucho que me disgustase su carrera musical, al menos bajo la tutela de Stock, Aitken y Waterman (lo que escuché del Free era, siendo caritativo, correcto; su voz podía transmitir mucho pero la producción era insulsa, como cualquier cosa del Bolton ese), no puedo menos que alabar la valentía de romper con la factoría SAW e intentar tomar las riendas de su obra artística. En octubre lanzará un nuevo disco, Portrait, en el que versiona clásicos de artistas como Frank Sinatra, Nat King Cole o Matt Monro. Nada original, eso seguro, pero... le deseo suerte. Me cae bien.

sábado, agosto 27, 2005

¿Quién se viene a ver a los Simple Minds en el Razzmatazz?

Hablaba hace poco de uno de mis grupos favoritos, los Simple Minds, que han formado parte de la banda sonora de mi vida desde... ¡1989!

Pues bien, hoy me llevo dos gratas sorpresas. La primera, su página web oficial parece que ya funciona de nuevo (aunque, para estar al día, la más completa es la de Simon Cornwell). La segunda, si accedéis a la página "Tour dates":

Simple Minds actúa en la sala Razzmatazz el 3 de marzo.

Aunque, si miráis justo encima, resulta que el mismo día actúan en la sala Phoenixhalle de Mainz (Alemania). ¿Dos conciertos el mismo día o dedazo del que transcribe la fecha? Ni idea. Por si acaso, en mi equipo suena The Best of Simple Minds, "Waterfront".

En la misma sala, el 5 de noviembre actuará Goldfrapp. ¿Alguien se apunta?

miércoles, agosto 24, 2005

Siempre nos quedará París

No somos ni Ingrid Bergman (aunque Nuria es igual, o más, de guapa) ni Humpfrey Bogart (qué más quisiera yo...), pero hemos pasado unos días de ensueño en la Ciudad de la Luz.

Como un diario de viaje sería tedioso, lo que haré será comentar impresiones, anécdotas, curiosidades; detalles que hagan de este post un recuerdo caótico (es decir, vivo, real en el sentido en que un recuerdo puede ser real) de unas vacaciones cortas pero intensas.

El viaje fue, eso sí, largo, largo y caro: 1.070 km y tres depósitos. Si viajáis a Francia, donde la gasolina está a 0,3 cm/l más caro, la primera recomendación es clara: repostad antes de cruzar la frontera. Y no lo hagáis justo en la última área de servicio, sino antes, si no queréis hacer cola. Apenas gastaréis un litro más para llegar...

Las autopistas francesas están bien, son dignas... y muy caras también. Os recomiendo que planifiquéis cualquier viaje, y para eso la guía Michelin es muy buena.

Nos pasamos todo el miércoles 17 de agosto en la carretera, sin pisar el acelerador (para qué, si lo importante es llegar y enteros): salimos a las 6:40 y llegamos sobre las 20:30h. Encontrar el hotel ya fue un poco más complicado; aparcar, no mucho: en agosto son pocos los parisinos que no abandonan la ciudad. En casi toda la ciudad, excepto en los alrededores del Museo de Orsay, durante agosto el parking es gratuito. Durante el resto del año funciona en toda la ciudad un sistema de parkímetros similar al de la nueva Área Verda de Barcelona.

Eso sí, para moverse por la ciudad, nada mejor que usar la red de transporte público. Yo siempre opto por el Metro (algunas de cuyas estaciones son tan alucinantes como la de la foto).


Así que el coche se quedó aparcado el domingo por la noche en la calle, y hasta el lunes por la mañana no se volvió a tocar para volver a Barcelona, pero entre estos dos días...

... Comimos bastante bien. Según el día, según el lugar. Según el presupuesto. Porque París es una ciudad terriblemente cara. Pongamos por ejemplo una caña (un pression): 4,50 euros en una terracita cerca de Trocadero. ¿Caro por estar cerca de la torre Eiffel? Non. 3,50 un refresco en un kiosco cutrecillo. 5,00 euros en un restaurante griego de menú en St. Michel (también conocido como Barrio Latino). Y la comida es otro cantar: preparad una media de 25 euros por persona para comer el plato del día, entremeses y postre. Y la bebida igual ni entra.

Nada más descargar en el hotel fuimos a buscar un restaurante para cenar. Y tras caérsenos los mismísimos al suelo tras ver los precios de los restaurantes, acabamos en La cuillère en bois, una crèperie al estilo bretón barata y con platos deliciosos. Y, bueno, un ratoncito muy juguetón en el comedor del sótano que ningún cliente delató. Si pasáis por París, yo os lo recomiendo: una galette es más que suficiente. Una galette y una ensalada (servida en una fuente) os hará reventar. 108 rue des Entrepeneurs, 75015 Paris. Métro: Commerce o Felix Faure.

El jueves lo dedicamos por la mañana a patearnos Montmartre y perdernos (bueno, es un decir, con tanta gente era imposible) por sus callejuelas bohemias. Claro que, cuando los bohemios son horda y hay que quitárselos de encima (si no quedo bien ni en foto, ¿a qué voy a querer un carboncillo, y menos una caricatura?). Aun así, queda algo auténtico en el ambiente: quizá sea la luz, quizá la intimidad de unas calles quebradas, quizá los cenadores de metal. Y París que queda bajo tus pies. Obligatorio perderse aquí.

La oferta culinaria aquí es amplia y bastante más barata que en otros puntos igual de turísticos de la ciudad. Nuestra opción esa mañana fue un par de kebabs y la búsqueda de un parquecito tranquilo, uno que queda a la derecha de la basílica del Sacre Coeur, que aparece en la primera foto y en esta de la izquierda, donde el motivo no era precisamente la basílica...).

Por la tarde bajamos por la calle Pigalle (no muy aconsejable, por cierto) hasta llegar a las Galerías Lafayette (El Corte Inglés de París), la Ópera, la Concordia y los Campos Eliseos, que subimos hasta llegar al Arco de Triunfo, donde se celebraba un homenaje a los veteranos de la Segunda Guerra Mundial. De éstos, quedaban cinco; sus familiares estaban en segundo plano y, la verdad, la dignidad con que estos ancianos recordaban la lucha contra el fascismo y el Holocausto se mezclaba con un sentimiento de tristeza, pues en poco tiempo ellos no serán más que un recuerdo, y cada vez más borroso.

La jornada acabó bajo la torre Eiffel iluminada... pero esto ya os lo contaré en otro momento, que esta entrada está quedando muy larga.

martes, agosto 16, 2005

Simple Minds: la canción del eterno retorno

Black & White, su próximo álbum Ya sé que no debería poner links a noticias de El Periódico, pues sólo duran "en abierto" el día de su publicación. Pero hoy no puedo menos que alegrarme que, aunque sea brevemente, comenten la próxima aparición del nuevo álbum de los escoceses Simple Minds, Black & White 050505.

Conocí a los de Glasgow con su Street Fighting Years (Virgin, 1989), ya pasados los éxitos de la que fuese su década prodigiosa, los álbums New Gold Dream (81-82-83-84) (Virgin, 1982), Sparkle in the Rain (Virgin, 1984) y Once Upon A Time (Virgin, 1985) y, sobre todo, el único número uno que alcanzaron en los States, la canción de la banda sonora de la película The Breakfast Club (titulada en España El club de los cinco), escrita por Steve Schiff y Keith Forsey expresamente para los SM y que Jim Kerr fue reticente a grabar (pues, excepto alguna cover version, se negaba a grabar nada que no hubiesen escrito ellos): "Don't You (Forget About Me)".

Street Fightign Years
En el 89 me impresionaron por la fuerza diríase espiritual que emanaban de sus canciones y, sobre todo, el fuerte activismo pro derechos humanos que destila el ya mencionado Street Fighting Years. Kerr daba lo mejor de sí mismo en un disco tenso, en el que Charlie Burchill (guitarra) y Mike MacNeil (teclados) se recrearon en una instrumentación densa pero a su vez cristalina, que se explayaba en medios tiempos y en compases más complejos, dejando la sección rítmica, que tan buenos éxitos les había deparado en los últimos cinco años, para algunos (pocos) cortes contundentes y directos que aún recordaban a los SM que llenaban los estadios.

Siendo, desde mi punto de vista, el disco más redondo de los SM, la crítica los vapuleó a base de bien y el público les negó la acogida de los trabajos anteriores. Al finalizar la gira correspondiente, MacNeil decidió abandonar el grupo, cansado de dar tantas vueltas por el mundo. El siguiente trabajo, Real Life (Virgin, 1991), dejaba a Jim Kerr y Charlie Burchill Jim Kerr y Charlie Burchill, en una foto promocional del directo en París como los únicos supervivientes de la formación original, y en su sonido acusaron la ausencia de Mike, pues el sonido característico, en el que el teclado daba una textura compacta y clara a la melodía, desapareció, dejando paso a un disco que se apoyaba demasiado en cajas de ritmos y en programación. Hecho que, además, ahogó el buen trabajo de Mel Gaynor en las baquetas (the best drummer in the world según lo presenta Jim Kerr en cada concierto desde los tiempos del New Gold Dream).

Desde entonces, los Simple Minds han ido dando un paso adelante y otro hacia atrás: en cada proyecto anunciaban o un nuevo sonido (caso de Néapolis (Chrysalis, 1998), quizá uno de los mejores discos que sacaron en los 90) o un regreso al sonido "clásico" (como fue el Good News From The Next World (Virgin, 1995), donde abusaron de la estridencia guitarrera y quedó como un pobre remedo del Once Upon A Time). Además de ir pasando de una discográfica a otra, después de la fea disputa legal por los derechos del disco "fantasma" Our Secrets Are The Same.

Este nuevo proyecto se presenta como "una vuelta al sonido clásico de los Simple Minds, con nuevas energías". A mi parecer, tanto el Real Life como el Good News From The Next World naufragaron en ese intento de volver la vista atrás, cuando, en la época en que cada nuevo disco era una aventura diferente, lograron un auténtico póker de obras conceptuales, en los que Jim Kerr explotaba tras el sonido de unos Simple Minds que se batían cara a cara con los U2 (dos grupos tan parecidos y, a la vez, musicalmente, tan diferentes).

Les deseo muy buena suerte con este Black & White 050505. Espero con impaciencia tenerlo en mi reproductor e informar puntualmente de mis impresiones.

Le Zenith, París
Os dejo con esta fotografía de su Live In The City Of Light, grabado en Le Zenith de París. Espero mañana o pasado poder sacar una foto del mismo lugar... Sonando: "Don't You Forget About Me" en directo desde la Ciudad de la Luz.

lunes, agosto 15, 2005

Woody Allen, el trabajo constante y la razón meditada

¿He dicho ya alguna vez que me encanta este director? Sus comedias siempre camuflan dobles y triples lecturas que hablan de un tipo profundamente complicado, hipocondríaco, ligeramente psicótico, lleno de complejos y que se burla de sí mismo; de un tipo con una mirada comprensiva, nada superficial, quizá por todo lo anterior mucho más profunda de lo que alguien equilibrado podría llegar a hacer.

Hoy aparece una entrevista suya en El País. A destacar su experiencia en el 7-J que lo pilló rodando cerca de Londres.

domingo, agosto 14, 2005

Vertigo//2005 Tour en Barcelona

Hace una semana, Keane apareció en el escenario del Camp Nou y nos demostró ser un grupo con un futuro prometedor. Apenas una hora después Nuria, Juanma, Ana, dos de mis sobrinos y servidor empezamos la cuenta atrás. A las 21.50 de la noche, desde nuestra situación en la 3.ª grada, lateral izquierdo, vimos a Adam Clayton, Larry Mullen Jr., The Edge y Bono (quien, entre bambalinas, se paró y se giró a saludar al público) acceder al escenario.

Y, entonces, empezó una noche memorable.

Memorable en lo emotivo. Nadie puede negar que Bono es un monstruo de la comunicación de masas. Una combinación irresistible de voz desgarrada, sangre celta y carácter mediterráneo, desparpajo y rabia. La predisposición de las 81.000 almas en la catedral blaugrana también hizo mucho, realmente mucho.

Porque el concierto arrancó con el micrófono de Paul Hewson (aka Bono) mal ecualizado, y su voz no se impuso a la apisonadora rítmica de Clayton y Mullen Jr. hasta los primeros compases del "Elevation". Aun así, amor de fan aparte, la voz de Bono no daba la talla. Los agudos de "Vertigo" se perdieron, cuando no desafinó, y en verdad sonaba cansado.

Pero llegó "Elevation", y la primera estrofa la cantó sólo el público, porque no se la dejamos cantar a él; la repetimos a dúo, y sólo después entró en la banda. "Elevation" subió muy alto en el cielo de la Ciutat Comtal. Aquí Bono pareció recuperar esas fuerzas perdidas, y recapturar la fuerza de una banda cuya potencia rítmica y la sonoridad única de The Edge en la guitarra hace que escapen de ser catalogados bajo la etiqueta AOR.

Ese público... Hay que agradecer a l@s chic@s del club de fans de U2 de València sus iniciativas: repartir globos rojos y anunciar, en carteles en las afueras del estadio, la intención de cantar el "Happy Birthday" tras "Beautiful Day" (en primer intento) o "One" (en segundo) a The Edge, que el 8 de agosto cumplía 44 años. El público ya estaba entregado entonces; a partir de entonces, fue la banda quien se entregó. The Edge quieto parao en el escenario, a través de la pantalla una cara embargada de emoción y de sorpresa. Bono moviéndose como un poseso, azuzando al público.

A partir de aquí, apareció el Bono reivindicativo, quien dedicó canciones a los doctores, enfermeras y científicos que se dedican a la investigación médica ("Miracle Drug"), a su padre fallecido en el 2001 y la relación tan difícil que tuvieron ("Sometimes You Can't Make It on Your Own"), a las víctimas de cualquier atentado y a recordar que, en la lucha contra un monstruo, el terrorismo, no tenemos que convertirnos en un monstruo tan terrible o más ("Sunday Bloody Sunday"), a la coexistencia de razas y religiones ("todos somos hijos de Abraham" declaró, poniéndose un pañuelo que rezaba "Coexist", siendo la "c" una media luna islámica, la "x" sustituída por la estrella de David, y la "t", una cruz cristiana, pañuelo que acabó simbolizando una venda al acabar "Bullet the Blue Sky"), un recuerdo a la infame guerra en la antigua Yugoeslavia que dejó bien claro la desunidad europea ("Miss Sarajevo", en la que Bono se atrevió con el bridge que interpretaba Luciano Pavarotti en el disco Passengers y que hizo que las lágrimas del irlandés enmudeciesen versos de la última estrofa). Martin Luther King y su sueño, la Declaración de los Derechos Humanos y el sueño de un mundo donde no exista el hambre y se erradique la pobreza. La lista de reivindicaciones no fue exhaustiva (hay tantas cosas que arreglar en este mundo...), pero sí que es nutrida. Para mí, que musicalmente crecí con el Live Aid, los dos conciertos a favor de Nelson Mandela, es encomiable que un portavoz, un artista, acerque estos temas a un público popular, joven en su gran parte. Jamás criticaré que se pretenda concienciar a la gente, presentarle opciones, recordarles que pueden luchar. Aunque la intención del artista no sea esta, aunque utilice estos mensajes como trampolín. Cosa que, en el caso de los U2, ni es necesaria ni, a tenor de la pasión que pone Bono, parece que suceda.

Tras "Pride", la cuenta atrás del set: "Where the Streets Have No Name" y "One". Un set que no olvidó los grandes éxitos, pero que se podría calificar de conservador. Un concierto en el que Bono se dirigió más de una vez al público expresando su admiración: "wov", "unbelievable" y "you are the best" fueron las frases que más pronunció.

No se puede calificar igual, sin embargo, el primer bis: "Zoo Station" y "The Fly" devolvió a los U2 más experimentales, los más polifacéticos; desde mi punto de vista, los más interesantes. Dos canciones que tuvieron la mala fortuna de ser las únicas que acallaron en parte al público: después de canciones más viscerales, más directas, las texturas industriales de las dos canciones más señeras del Achtung Baby enfriaron al público. El primer bis lo cerró "With Or Without You", y por segunda vez el público subió más alto aún que Bono. Inolvidable.

El segundo bis fue el de la despedida de unos viejos amigos. Bono le regaló la camiseta de Ronaldinho como regalo de cumpleaños y pidió al público que volviese a entonar el "Happy Birthday". De rebote, "Yahweh" cayó para ser sustituida por "Party Girl", cosa que yo les agradezco enormemente. Y cerraron el círculo retomando el "Vertigo" con una interpretación vocal mucho más vigorosa.

Vaya, intentaba hacer una crónica breve y me ha quedado un texto más largo que raya la elegía :) Dos horas y cuarto de concierto, una noche inolvidable, una ronquera que se extendió hasta el martes. A pesar de no ser el mejor U2 de la historia (en otro post comentaré mis impresiones del How To Dismantle An Atomic Bomb), siguen siendo uno de los mejores directos del momento. A pesar de todo.

Estúpidos hombres blancos, de Michael Moore

Deslumbrado por el éxito y el buen hacer como director en Bowling for Columbine (dejando aparte la más que pausible manipulación en el montaje), me dediqué a la lectura del título con unas expectativas optimistas.

Pues nada más lejos de mis expectativas.

El ensayo no tiene por qué estar reñido con el humor; todos hemos tenido maestros en la escuela que nos han amenizado las asignaturas que nos parecían más aburridas. Manipular, recortar o irse por los cerros de Úbeda no son técnicas válidas para el objetivo de establecer una tesis sobre el tema de estudio. No ofrecer datos, sino opiniones, es un pecado capital en un ensayo, que siempre ha de destacar en rigor y claridad de exposición.

Estúpidos hombres blancos, lamentablemente, navega en las procelosas aguas de las tendencias del autor, sin ningún pudor; al contrario, alardeando, vociferando de ello. Deriva así en una repetición de gestos que, a pesar que el interfecto Bush se lo haya ganado con todo merecimiento, hace un flaco favor primero al rigor, y segundo, y más grave, a la causa que parece apoyar. Pues semejante panfleto acabará como arma arrojadiza de los Republicanos en su país para desprestigiar a los que denuncian los excesos de la administración Bush.

Volviendo a lo literario, el primer capítulo, donde Moore hace un repaso de aquellas 48 horas en que los colaboradores de Bush Jr. llevaron a cabo el pucherazo más bochornoso de la era moderna, destaca por el dinamismo y la presentación de ciertos hechos reveladores (y que provocan una situación de impotencia en el lector). A partir de la carta abierta a Bush, el libro empieza a caer, de forma cada vez más pronunciada, en los defectos antes señalados.

Por otro lado, dejando aparte los capítulos que, al lector que no viva en los States le pueden sonar a chino, la obra se deja leer con facilidad, aunque en algún punto se quede embarrado. Moore destaca por su agilidad, aunque su peculiar sentido del humor, no muy sutil precisamente, consiga que su voz rechine demasiado.

Aun así, Estúpidos hombres blancos es una forma entretenida de acercarse al pensamiento del activismo progresista estadounidense, siempre que se tenga en cuenta que estamos ante un panfleto que se pretende sardónico pero que escora demasiado la balanza hacia una visión que puede llegar a ser caricaturesca. Otras obras hay, mucho más rigurosas, que merecen la atención.

Michael Moore
Estúpidos hombres blancos
Ediciones B, col. Byblos Ensayo, núm. 2535/1
ISBN: 84-666-1768-X

Historias del Raval

El Raval, barrio degradado, literario, orgulloso. La inmigración masiva, tema (problema) multifacético, tan fácil de caer en la demagogia, tan caliente como para provocar conflictos.

Acercarse a ambos es mirar a través de un caleidoscopio: una única mirada puede llevar a una conclusión, que de por sí ya será errónea. Este artículo de El País puede ser un buen acercamiento.

viernes, agosto 12, 2005

Arañazos

Iba caminando yo el lunes por la Ronda Cerdanyola (mi pueblo cuasinatal; es decir, como casi todos los vallesanos nací en el complejo hospitalario Parc Taulí de Sabadell pero mis padres vivían en Cerdanyola)...

Como decía antes del paréntesis, iba caminando yo, camino de casa de mi madre, cuando mis ojos se desviaron a la derecha, hacia el sur, hacia donde el Turonet (cast.: Colinita) domina el barrio de Les Fontetes y desde el que se puede ver toda la plana suroccidental del Vallès, cuando me di cuenta del zarpazo que le han dado a la cima.

Resulta que están construyendo un nuevo colegio pero, por lo visto, la elección del terreno no ha sido la más adecuada. Para el colegio igual sí, pues se alza justo al lado del instituto Forat del Vent; pero para ello han removido parte de la cima, ajando a su paso parte de la pineda que la coronaba. En esta noticia se puede apreciar, aunque con dificultad, el estado actual de la construcción.

Me entero por otras fuentes que existían otros terrenos integrados en el casco urbano y cerca de Canaletes donde podrían haber ubicado el nuevo colegio. Que no se me malinterprete: el equipamiento es necesario; es su emplazamiento el que critico o, más bien, el que me duele. Sin lugar a dudas, su actual situación salta a la vista del ciudadano, quien recordará que ahí, hace poco, había una pineda; una especie de enclave seminatural asomándose a la urbe.

Donde pasé tan buenos tiempos en mi infancia; la atalaya que se asomaba al instituto, la que observó mi paso a la adolescencia y a la madurez. Uno de los mejores recuerdos de mi antigua ciudad, a la que no tengo mucho aprecio por ser tan urbanita, tan aliena, tan tosca, gris y asbestosa.

Sentí un arañazo en las entrañas. Un recuerdo que desaparece. Lamenté no haber sacado una instantánea que me recordase cómo era, cómo fue todos estos años.

Y sigo caminando por mi antigua ciudad, y hay tantas cosas que han cambiado y que no volverán que empiezan a llorar.

Navegando por la web, he encontrado un sitio dedicado a Gabriel Escursell, fotógrafo cerdanyolenc que se ha convertido en el ojo de la memoria de una ciudad que, a principios del siglo XX, la formaba unas cuantas casas modernistas de verano de burgueses barceloneses y numerosas viñas, y ahora es una urbe de cerca de 70.000 almas con un parque inmobiliario de desorbitadas hipotecas.

Si tienes una cámara, saca una foto de tu lugar más apreciado. ¿Quién sabe? Igual mañana construirán encima una magnífica promoción de alto standing con dúplex y piscina comunitaria...

jueves, agosto 11, 2005

Braguetazo

Interesante artículo publicado hoy en El Mundo (nada sospechoso de ser pro-socialista).

No hay nada como encontrar un buen (aunque feo) agujero para sacar de él todo el dinero posible...

Pincha aquí o en el título del post.

martes, agosto 09, 2005

Cómo desmantelar una bomba atómica (y quedarse ronco en el intento)

Domingo, 7 de agosto del 2005, 21.50 h de la noche, Camp Nou, Barcelona: cuatro irlandeses dan inicio a un pulso rítmico, un sonido que impacta y resuena en 81.000 cajas torácicas; éstas responden con una cuenta peculiar: uno, dos, tres, catorce. Objetivo: desmantelar una bomba atómica, o chorrear estribillos y alaridos eléctricos a la noche barcelonesa.

Resultado: ayer, una ronquera que imposibilitaba que nadie me oyese a más de dos metros de distancia. Tímpanos entumecidos. La mirada perdida. Un recuerdo imborrable.

Advertencia a los que vayan a asistir esta noche al concierto en Anoeta, o dentro de dos días al Vicente Calderón: en un momento de la noche, Bono os pedirá que enviéis un mensaje al 5039 con el texto "Africa". Recordad que tenéis que escribir Africa más tu nombre y apellido para que, con un poco de suerte, vuestro nombre aparezca en la pantalla gigante al final del concierto.

Y, al día siguiente, en vuestro móvil aparecerá un mensaje como éste:

Hola, soy Bono... muchas gracias por tu SMS. Por favor, visita www.pobrezacero.org y forma parte conmigo de la generación que dice NO a la pobreza extrema...


(El link y el acento de generación son cosa mía. El resto, de la organización, con Bono detrás, por supuesto).

El SMS os costará 15 céntimos de euro. Y alguno se preguntará: "Y bien, con lo que recaudan estos chicos en cada concierto, ¿por qué tenemos que donar nosotros dinero?". Tema que dará para otra entrada en la bitácora. Pero yo lo hice por:

1. Porque tuve la oportunidad de hacerlo y quise hacerlo. Y debo hacer más, sin duda.
2. Porque más importante que una persona esté implicada, es que 200.000 personas se impliquen. Y eso, en un mundo en que la clase política no va a mover un dedo por evitar la pobreza extrema, puede significar mucho.

¿Quién se beneficia más, la banda o África? Sinceramente, en estos casos alabo y alabaré cualquier acción que favorezca a los más desfavorecidos. Me ofrece mayor credibilidad un músico multimillonario al que no se le caen los anillos para pedir un objetivo tan loable allende los mares. Otros deberían tomar nota.