domingo, octubre 14, 2007

El prestigio, Christopher Priest


Retomé su lectura hace poco, pues quedó varado en su nicho en el anaquel, hace algún año o dos, víctima de la procrastinación lectora.

No era buena señal. No tiene por qué ser mala, pero esos hechos, por ser naturales, acostumbran a ser sintomáticos.

Y ahora que he conseguido acabarlo, puedo confirmar mis peores sospechas: me ha aburrido.

No todo va a ser culpa del autor: una traducción que confunde el Middle East con el Levante tiene su miga. Si unimos eso al hecho de que dos de los cinco apartados en que se divide el libro está narrado por dos magos con ínfulas de finales del XIX, con su lenguaje engolado, os podéis hacer una idea de lo difícil que cuesta a veces desgranar pasajes completamente áridos.

Pero es que, además, la narración no ha conseguido interesarme en ningún momento. Quizá, como dice Juanma, gana en la relectura (si uno tiene buena memoria y, tras ese castellano anquilosado y antinatural, uno es capaz de recordar los detalles de la trama), pero sinceramente, no me han quedado ganas. A pesar de ser menos ambicioso que The Separation, y quizá siendo una obra más pulida (en inglés, casi seguro), y más breve, no me han interesado en absoluto las andanzas de los magos. He visto una versión, otra, dos nexos de unión (los descendientes de los magos), y un capítulo final que me ha parecido una llufa, un "¿y para esto las 300 páginas anteriores?".

Viniendo del autor de El mundo invertido, La afirmación y El glamour, el término que se deriva de esta lectura, para mí, es decepción. Igual me equivoco. Ojalá me equivoque. Quizá alguno de vosotros pueda explicarme qué es lo que me he perdido, qué me ha fallado. Aquí dicen que está bien. Y aquí, también. Y aquí. Y conozco a los reseñistas y su criterio es particularmente fiable.

Igual sí que necesita una relectura... Pero es que no me apetece nada, nada, nada, volver a encontrarme con "pasé dos semanas alojado en tal casa, comiendo comida nutritiva y vigorizante". ¡Argh! Además, ni el final me aterró ni, por otra parte, me pareció en absoluto inesperado. Y el ritmo me ha parecido perezoso.

Me quedo una y mil veces antes con El glamour.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy bastante de acuerdo con tu crítica. A mi también me resultó un poco decepcionante después de haber oído tantas veces que era una obra maestra y tal...

Anónimo dijo...

Traduttore tradittore...

Raven dijo...

Rayos, pues la suya es la primera crítica que leo hacia la novela en cuestión, señor Vidal. Me echa un poco para atrás, pero la cuestión es que sigo interesado en ella, especialmente cuando me acuerdo de esa impecable película que hizo Christopher Nolan.

Álex Vidal dijo...

Pues no tan sólo kaossete, sino que a dos amigos más poco dados a bloguear, pero con criterios digamos bien definidos (y fiables) les ha pasado lo mismo: se han aburrido soberanamente. Y me consta que, además, uno se lo leyó en inglés, así que el factor traducción queda descartado.

Raven, como me vuelvas a tratar de usté te muerdo un ojo ciberespacial :P Por Dick bendito...

Aún tengo pendiente ver la película, aunque con Scarlett Johansson en ella creo que no me aburrire... :D'''

Cristina dijo...

Aún tengo pendiente ver la película, aunque con Scarlett Johansson en ella creo que no me aburrire... :D'''

Sr. Vidal, compórtese, que está dejando el suelo lleno de babas (y no sé si otros fluidos corporales...) y ya no tiene edad para esas cosas...

Raven dijo...

Redios, es que no puedo evitarlo. Si ya en persona me resulta difícil controlar el hábito de llamar de usted a la gente, por Internete y con alguien que no conozco en persona pues... :(

Álex Vidal dijo...

Yo es que no estoy acostumbrado al trato de usted. No sé, supongo que será mi vena anarcosindicalista o así :D

Raven dijo...

Cosas del ambiente, supongo.