domingo, julio 20, 2008

Felicidad

Por desgracia, tuve pocas ocasiones (y tranquilidad cero: qué poco queda de aquellas sesiones de literatura zen) para plasmar en fotografías un aspecto que, después de un mes de trabajo a destajo, quebraderos de cabeza y alguna que otra decepción (una muy fea de la imprenta que imprime los libros de cartoné, que son la antítesis de Reinbook, una gente maravillosa que ama lo que hace y que, a Quique y a mí, nos demostraron con creces), hace que el esfuerzo haya merecido la pena, mucho, mucho más allá del éxito de las convocatorias en la Jaume Fuster y en el NH Pódium:

Las sonrisas de los que conseguía una dedicatoria, unas palabras siempre amables, y unas fotos con George R.R. Martin.

Obviamente, estos actos forman parte de una visita promocional del autor, y estoy seguro de que la inversión realizada para traer al autor a España se verá cubierta con creces. O igual no, aunque lo dudo. Pero, igual que cuando nos dejamos un pastón para ir a ver, por ejemplo, a Bruce Springsteen en el Camp Nou, la entrega, la pasión y la lírica de una noche de rock bajo la luna barcelonesa será lo que llevaremos siempre en la memoria y, sobre todo, en el corazón.

Esa sensación era la que me acompañaba el viernes por la noche, tomando unas tapas y unas cañas con mi MJ ;) y con unos cuantos amigos mientras George & Parris cenaban en el restaurante de al lado con más fans (toda una compañía de asshaítas) y colaboradores de la casa: la satisfacción de haber contribuido, aunque sea mínimamente, a repartir felicidad entre unos cuantos cientos de lectores.

Todo ha merecido la pena.

Algunas fotos, por aquí y aquí. Y surfeando, seguro que encontráis más...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ah, hombre afortunado. Cuánta gente habría querido estar en tu lugar :)

Anónimo dijo...

Por la cara de agobio que tenía el día de las firma de libros, creo que él también habría querido que alguien estuviese en su lugar :-P

Álex Vidal dijo...

No dijo eso, aunque hay que reconocer que es un profesional como la copa de un pino: quizá el funcionamiento no demasiado bueno del aire acondicionado donde él y Quique estaban sentados tuvo mucho que ver.

Anónimo dijo...

Yo me refería a ti no ha Martin, que se te veía pelín estresado, aunque igual era la hora ;)