jueves, junio 29, 2006

Los 100 mejores videoclips (según Pitchfork)

Leo en la sección de noticias de la sala Razzmatazz que la revista electrónica de música Pitchfork ha publicado una lista con sus 100 videoclips más impresionantes de la historia de la música (hasta el momento).

Además, todos están disponibles en YouTube, así que... ¿por qué no disfrutamos un poquito de ellos? ;)

(Bueno, quizá el de David Hasselhoff no sea para disfrutar precisamente. Eclécticos l@s muchach@s de Pitchfork.)

miércoles, junio 28, 2006

(No tan sólo) los motivos de una ideología

¿Es necesario sincerarse completamente en un cuaderno de bitácora? Querido diario... No, no es eso; o no debería serlo. Si estás leyendo estas palabras, tú y yo sabemos que estás a un paso de entrar en un espacio íntimo, siempre que te franquee el paso. Y un diario es, más bien (o me imagino que debería ser; el único diario que inicié apenas duró una semana, lo que tardé en reponerme, durante el viaje del paso del Ecuador de la carrera, de un desengaño amoroso del que ahora sólo quedan buenos recuerdos. Para tirar a la basura, vamos), un volcado de cerebro para uno mismo. Y exponerlo al público podría llegar a ser indecente. O pornográfico, directamente :)

Vale, entonces establecemos un contrato: te dejo leer hasta donde yo estime oportuno. O lo que me pidas. ¿Con qué límite? ¿Valen los límites? ¿Quién los impone, y quién está de acuerdo con ellos?

Una de las normas de convivencia entre los radioaficionados, que no parece que se cumpla mucho en la Red, es la de no hablar de política. Pero ¿cómo puede nadie desligarse de la política? El mero hecho de vivir, de tomar una actitud en una sociedad, ya es política.

Sinceramente, hablar de política me parece un ejercicio la mar de sano. Un ejercicio que deberíamos practicar más, y practicarlo con esas cualidades que se suponen en cualquier conversación sobre cualquier otro tema y que parecen olvidarse en cuanto salen a relucir unas siglas, una ideología o unos colores: mesura, buena educación y respeto al otro.

Voy a hablar de política, pues. Si tengo que definirme de alguna manera, sería como comunista. ¿Trotskista, stalinista...? Nada de eso. Tal como me enseñaron en filosofía de COU, El capital y El manifiesto comunista señalaba cómo en las relaciones económicas de finales del XIX y principios del XX, la clase empresarial explotaba a la clase obrera, pagando su esfuerzo, invertido en la producción de bienes, por debajo de su auténtico valor: la plusvalía.

Karl Marx, como casi todo filósofo, es bastante poco pragmático. Pocas veces sueño con las barricadas... menos cuando me provocan, claro :) ¿Por qué desearía un gobierno de izquierdas, pero uno de verdad? Porque no creo que, tal como defiende (y respeto, pero no comparto) la derecha, sean las fuerzas económicas las que impulsan el progreso social: si acaso, el progreso económico, pero siempre a costa de la clase obrera; y creo que ha quedado más que demostrado que, cuando el Estado no vela por los servicios sociales, el sector privado no se va a ocupar del bienestar.

Si mantuviésemos una discusión sobre esta diferencia fundamental entre las dos principales tendencias políticas, podríamos estar horas y horas sopesando las tendencias económicas y sociales. Pero ¿es esto lo que ocurre hoy en día? No: cada uno se ha apropiado de causas, usándolas como banderas exclusivas. La unidad de la patria es exclusivo de la derecha, al igual que la idea de familia tradicional, las buenas relaciones con la iglesia, con el café para todos; el federalismo es exclusivo de la izquierda, así como la diversidad cultural, el buenrrollismo... Y con esas ideas peregrinas hace ya años, tantos años, que escurren el bulto de los temas que más nos afectan: los económicos y los sociales. Mucho Estatut, mucha familia y poco debate sobre el precio de la vivienda, las pensiones y el salario mínimo.

Y eso me molesta sobremanera: cada día tengo una impresión más clara de que se gobierna sin pensar en el pueblo; entestados los partidos en una clara guerra de desgaste, enarbolando las banderas antes mencionadas, atontan a los ciudadanos hasta que estos sólo son capaces de ver las banderas, seguirlas... y enzarzarse en un campo de batalla construido con falacias y mentiras.

Pero temo que esto ha ocurrido desde tiempos inmemoriales.

¿Os he dicho que estoy leyendo Una historia de amor y oscuridad, de Amós Oz? Otro día hablaré largo y tendido de esta magnífica novela autobiográfica. Ahora quiero detenerme en un extracto cargado de sabiduría popular. Esto es lo que Sonia, tía de Amós Oz, le contaba respecto a su abuelo materno:

Tu abuelo era comunista de corazón, pero no bolchevique rojo. Stalin le parecía otro Iván el Terrible. Era, como decirlo, una especie de comunista-pacifista, un narodnik, un comunista-tolstoiano contrario al derramammiento de sangre. Le daba miedo el mal que se oculta en el alma de personas de toda condición: siempre nos decía que llegaría un día en el que habría un gobierno popular compartido por las gentes honestas del mundo. Y que lo primero que había que hacer era eliminar poco a poco los países, los ejércitos y las policías secretas, y sólo después, poco a poco, se podría ir pensando en la igualdad entre ricos y pobres: pedirles impuestos a unos y dárselos a otros, pero no de repente, para que no hubiera derramamiento de sangre, sino poco a poco. (...).
Lo malo de Trotski, Lenin, Stalin y sus camaradas, eso pensaba tu abuelo, era que intentaron enseguida regular de nuevo la vida según lo que decían los libros, los libros de Marx, de Engels y de otros grandes pensadores como ellos que tal vez conocían muy bien la literatura pero que no tenían ni idea de la vida, ni de la maldad, la envidia, el egoísmo, la perversidad y la alegría por el mal ajeno. (...).


En definitiva: menos dogmatismo y más pragmatismo. Eso es la política. O eso debería ser.

sábado, junio 17, 2006

Housismos

Una de las razones por las que no me he acercado mucho a la bitácora ha sido el visionado completo de las dos temporadas de House.

Aunque esté trufado de spoilers, no puedo resistirme la tentación de dejar un link a un listado con los mejores aforismos de la serie: Housismos. También os recomiendo este par de vídeos: uno del productor ejecutivo Bryan Singer (director de Sospechosos habituales y las dos primeras X-Men) comentando su interés hipocondríaco en todo lo relacionado con los hospitales, y otro con Hugh Laurie, Sela Ward y Jennifer Morrison (mi idolatrada doctora Cameron) sobre el triángulo... ¿amoroso? entre sus respectivos personajes.

(Sí, lo siento, todo está en la lengua de Shakespeare.)

Caló

32º C. Humedad relativa: un 50%.

¡Ozú, qué caló!

Cuando pequeño, y aún ahora, siempre oigo la cantinela de que, en la tierra de mis padres, en Sevilla, hace mucha más calor que en Barcelona, pero no es tan enganchosa, porque la humedad relativa es más baja (a pesar de que el Guadalquivir no es precisamente una torrente de montaña, sino que es navegable hasta la antigua Híspalis).

Sinceramente: yo no aguanto ni los 52º C en la Macarena en agosto, con una HR del 10%, ni los 35º C de Barcelona al 100% de humedad. El calor me aplatana, me mata las ganas de hacer absolutamente nada; me empapa el cuerpo entero de sudor (sí, podéis reíros: entero), dejándome una sensación incómoda. Además, tengo el sudor fuerte y una manía por la higiene corporal que se dan de bofetadas al llegar esta época.

Campos secos al suroeste de Sentmenat

Este año ha sido excepcionalmente seco. Perdón: ha sido tan excepcionalmente seco como el año pasado y como los últimos años en los dos últimos decenios. Conduciendo desde Polinyà a Sentmenat, a ambos lados se pueden observar los campos de cereales, de amarillo pajizo en vez de dorados, secos hasta la extenuación. Valdrán más para alimentar hogueras que ruedas de molino.

Ni siquiera la espectacular tormenta del jueves por la noche habrá paliado mínimamente una tierra seca y sedienta.

La tormenta, cerniéndose sobre el pueblo desde el sur

Y, sin embargo, esta mañana me he demorado en la calle, saboreando los últimos días en Sentmenat. La calor parece aletargar el reloj, amortiguar los ruidos, serenar los ánimos de la gente en un mundo que, conectado a la gran ciudad, parece chutarnos adrenalina a niveles casi letales.

Sudando como un pollo, he bajado por la calle mayor, he cruzado la plaza del Ayuntamiento, he conversado con el dueño del supermercado Suma, con la nueva panadera de la O'pan, con Teresa de La Fruiteria. Y me he lamentado de no haber aprovechado un poco más el tiempo en este pueblo, porque, para la gente que hemos crecido en una urbe más poblada (que, muchas veces, es sinónimo de más deshumanizada), ese contacto más cercano significa mucho. Aún me cuesta romper esa barrera que la timidez, y una innata desconfianza al otro que arraiga cuando uno crece en la ciudad, me pone delante. Pero espero ir aprendiendo. Empezaré, dentro de dos semanas, en una ciudad que tiene previsto crecer de 60.000 a 100.000 habitantes.

Edificando sobre un entorno natural y amenazado. Amenazado de muerte, claro está, lapidado bajo ladrillos y hormigonera. Y los políticos se llenan la boca del eufemismo progreso para no oír la palabra especulación, amortiguada ya por el tintineo de las monedas.

Y todo esto no hace más que traerme al recuerdo un precioso cuento de Angélica Gorodischer en Kalpa imperial: "Acerca de ciudades que crecen descontroladamente".

¡Ozú, qué caló! Voy a arreglar el piso, que esta tarde tenemos visita.

lunes, junio 12, 2006

La Tierra y la Fuerza

Mi hermano ha venido de visita unos días desde Sevilla. En su maleta, me traía este botecito:

Si el corazón cabe en un puño, la tierra cabe en un bote

No tenía ni idea de qué contenía el cilindro de plástico.

Echémosle un vistazo a su interior:

Arena blanca, tostada por el sol del Magreb

Arena del desierto. "Me la trajo una amiga que fue a Túnez", me dijo.

Me quedé ojiplático.

¿Esta arena...

Un terruño de Tatooine sobre el escritorio

... viene de aquí?

Los caminos de la Fuerza son inescrutables.

domingo, junio 11, 2006

La mermelada de perlas y las nuevas tecnologías

Hay quien ante los nuevos retos de los nuevos tiempos se agarrotan en los viejos modos. La inseguridad que genera la falta de visión en el futuro crea un caldo de cultivo para las salidas más disparatadas, espoleadas por el miedo al resultado.

A esta observación tan general vamos a buscarle un par de ejemplos:

-Una sociedad de defensa -dicen- de los artistas que se ha convertido en un organismo de recaudación de multas para delincuentes en potencia. Como todos somos delincuentes en potencia, nos multan directamente a todos. Y, en el reparto de dividendos, no veo yo que artistas del circuito underground reciban ni las migajas.

-Unos artistas inquietos que, aprovechando la inmediatez de Internet y la gran calidad de sonido de las tecnologías mp3 y flac, distribuyen (previo pago) todos sus conciertos de su gira.

Yo apuesto a que los Pearl Jam saldrán beneficiados, tanto económicamente como por prestigio, de sus decisiones respecto a la distribución de música por la red de redes. Y la SGAE... Bueno, que no le extrañe que surjan algunas voces críticas (como esta o, más divertida aún, esta otra).
El último disco de Pearl Jam
Por cierto, atentos a las fechas de Pearl Jam en España: 1 de septiembre del 2006 en el Pavelló Olímpic de Badalona, el 2 de septiembre en el Azkena Rock Festival de Vitoria/Gasteiz, y el 7 de septiembre en el... ¿Madrid Arena? ¿Sala Arena? ¿Plaza de Toros?. Bueno, y el 4 y el 5 en el Pavilhao Atlântico de Lisboa (para los que les pille más cerca). Si vais, nos vemos el 1 de septiembre en Badalona (en la pista y dando botes, por supuesto).