jueves, marzo 30, 2006

¿Ha llegado San Martín?

Si en entradas anteriores no hacía más pergeñar lo que todo el mundo piensa sobre la especulación urbanística, hoy parece que, por lo menos por una vez, la justicia no es una concepto utópico y se ha metido mano al ayuntamiento más... del país.

Este fin de semana me comentaban los rumores sobre concesioes "irregulares" en las obras que tienen en pie a Cerdanyola del Vallès. La misma ciudad donde planan peligros urbanísticos como el Centre Direccional, los proyectos del Túnel de Horta y la Vía de Cornissa. La misma ciudad donde se nos frustró la compra de un piso porque a nuestros vendedores, el constructor había cometido una irregularidad que afectaba a su nueva vivienda. Quien dice Cerdanyola o Marbella, dice (ponga aquí su ciudad) ¿Hasta cuándo la impunidad en el sector urbanístico? ¿Quedará esta acción en una cortina de humo, una distracción, un caramelito para contentar a los pobres curritos como nosotros?

Argh, me sulfuro... :/

viernes, marzo 24, 2006

Oda a la primavera

Lo siento, pero el título cursilón se me ha ocurrido de camino al trabajo. No, no pienso escribir una oda; la poesía se me da francamente mal. Sin embargo, esta época del año es especial: el Sol, justo pasado el equinoccio, va subiendo su altura aparente (o avanza en la eclíptica) y los días no sólo se hacen más largos, sino que la luz tiene una cualidad más intensa y más alegre, y contrasta con las jornadas mortecinas del invierno que acabamos de superar. Empieza a hacer calorcito y apetece ya llevar manga corta; no hace ese frío que te obliga a embutirte en capas de ropa, pero no hace esos 35º y 110% de humedad de la costa catalana que no te deja respirar, ni son esos 52º en la Macarena de vacaciones a Sevilla (que ni clima seco ni leches; el agosto en Sevilla es un infierno). El verdor se cuela allá donde todavía no ha llegado el cemento y la especulación (no cuento los campos de golf, auténtica plaga de hoy en día en simbiosis parasitaria con las urbanizaciones en la costa mediterránea), y la actividad vuelve al reino animal. Para los que sufren alergias relacionadas con las gramíneas es una época horrible; por fortuna, mi única alergia reconocida es a la piel de los melocotones. Eso sí, parece ser que soy un bocado exquisito para todo tipo de mosquitos. Pero ese debe ser mi lugar en la pirámide alimenticia :)

Y todo esto coincide con un par de fechas así especiales. La primera, de la que últimamente me voy olvidando: hoy cumplo años. 34, concretamente. La segunda, el día 30 hará 11 años que Nuria y yo empezamos a salir.

Claro que el día de hoy es muy especial por una razón muy esperanzadora.

Mis mejores deseos de paz para todos.

sábado, marzo 18, 2006

Huecos

Sé que estos días he estado dando mucho la brasa con el concierto de Simple Minds. No quiero aburrir a la audiencia... pero seguiré escribiendo sobre ellos.

Estuve un par de días con la voz cascada; el jueves, aún tenía agujetas en las pantorrillas. Pero, exceptuando El País y la edición digital de La Vanguardia, no he encontrado más reseñas sobre el concierto. Claro signo de que ya no interesan tanto como en tiempos. Penita.

Lo que sí he encontrado es un análisis muy bien documentado (y con el que, en cuestión de gustos, no estoy de acuerdo, pero que está muy bien escrito, sin duda) en la revista digital Babab: podéis pinchar aquí para conocer algunas de las claves de ese declive de la banda en los noventa. Suscribo al 100% la afirmación que, después de la marcha del teclista Mick MacNeil, el sonido de la banda perdió fuerza y consistencia. Y originalidad.

Pero hoy no quería hablar de eso. Tampoco sabía de qué hablar. Bueno, quizá sí: de la vecina que no saluda porque se encarga de la limpieza y, hace dos semanas, en la reunión, nos quejamos de lo sucia que está la escalera. O de los que desconfían del presupuesto de la escalera de al lado para cambiar la antena (compartida entre las dos comunidades, ahí es ná, por obra y gracia de un constructor chapucero) y pretenden aprobar uno sin reunión (no lo hagáis nunca, niños).

He levantado la vista hacia la librería, el lugar donde pierdo la mirada cuando quiero concentrarme... y he visto el hueco.
El primer hueco
La mudanza ya está en marcha. En mayo, firmamos. En junio, estaremos ya en Cerdanyola.

Hay un hueco que simboliza el cambio que acaba de ponerse en marcha esta semana. Un espacio de unos 40 cm entre un manual de Access y A Feast for Crows.

Y piensas que, dentro de unos meses, o de unos años, cuando mire atrás, será el recuerdo de un tiempo que siempre echarás de menos. Un huequecito que parece que se abre en el corazón. Estoy empezando ya a echar de menos este pueblo, estos años, este esfuerzo.

Bueno, ahora hay una foto del momento. Podré mirarla, dentro de un tiempo, y usarla como ancla para este momento en que escribo. Lástima que, a veces, se eche de menos otras anclas de otros momentos. Ahi están el teléfono, el correo electrónico, ir al bar donde quedabas con los amigos, o incluso los diarios que te recuerdan un día, un curso mágico, unas vacaciones.

Me estoy volviendo nostálgico. Tanto que, a veces, incluso me espanta. Pero podría aprovecharlo, por supuesto. Podría escribir sobre todos esos huecos que con los años se van acumulando. El colegio... no, no merece la pena. Mis primeros buenos años empezaron en el instituto. 3.º de BUP, la clase de 3.º C, fue la mejor de aquella promoción. Descubría el The Unforgettable Fire que me grabó Javi Zendón; Bruce Springsteen de parte de Pepe; tengo unas fotos de cuando fuimos a Calella a pasar un día grisáceo a la playa, con el profe de religión, no recuerdo su nombre pero sí el apodo, Michael Knight. Las juergas en el Chic de Sant Cugat, las primeras fiestas del instituto en el desaparecido Drac Roig, donde me harté de bailar lentas con amigas mientras mis colegas no se comían un rosco (ni yo: bailaba con amigas, pero no con ninguna de las chicas con las que me habría gustado salir, a pesar de que aquellas eran muy guapas). Después llegó COU, y el miedo a la Selectividad pendía cual espada de Damocles. Fue el año más bonito... y el más triste. Caí enamorado de mi compañera de pupitre, a la que conocía desde 1.º, porque la conocí muy bien... y era la mejor persona que había conocido hasta el momento. Pero tenía novio. Aunque las cosas no le iban bien con él, por lo que me comentaba una confidente. Fue un curso tenso, y muchos de mis amigos no pasaron curso porque la Dirección se negaba a que el instituto siguiese en las últimas posiciones del ránking de la Selectividad. Una chorrada que propició que les fastidiase la carrera a unos cuantos.

Después los seis años de Universidad. Más amigos, un grupo que fue una piña... con lo pernicioso que eso llega a ser. A uno de ellos no le volví a dirigir la palabra porque lo responsabilicé de una locura que cometió otra amiga por amor y por neurosis. A otros los veo muy de tarde en tarde; una de estas amigas, Montse, me la encontré estas Navidades en El Corte Inglés: ella vive en Italia, y fue toda una sorpresa. De muchos no sé nada desde hace tiempo... y se me llena el alma de más y más huecos y entonces dices: "¡Qué demonios! Estoy de mudanza; voy a ver si encuentro la agenda y los llamo."

Y en eso estoy. En eso, y en aprovechar la nostalgia. Es un motor para hacer cosas: lo usaré para escribir narraciones: mis amigos, los que están a mi lado, los que están ahí y cualquier día los veo, e incluso a los que ya nunca más voy a ver porque les he perdido la pista, se merecen que escriba sobre aquellos tiempos mágicos que compartimos. Aunque la memoria, a veces, sea traicionera. Que, por otra parte, puede llegar a ser uno de los mejores aliados para la creación.

martes, marzo 14, 2006

La mano de Mel Gaynor

Anoche regresé a casa cerca de las dos de la madrugada. Y, aunque exultante, estaba bastante cansado físicamente, así que anoté el repertorio del concierto (con la ayuda de una grabadora digital que captó, entre zumbidos y distorsiones, el eco de la música), lo mandé a la lista de correos internacional de YahooGroups (para suscribirse, pinchar el link al final de la página), y me acosté.

Jim Kerr en acción
(Uy, ¿he dicho grabadora? Uf, que no teman los de Doctor Music. Me la olvidé en el bolsillo. Pero no, no me llevé la cámara. Las fotos las sacó Nuria con la del móvil.)

Y el repertorio que interpretaron ayer estaba compuesto por las siguientes canciones (entre paréntesis, el álbum al que pertenecen):

Intro (seguramente extraído de la cara B del primer single, Home)
Stay Visible (Black & White 050505, 2005)
Home (Black & White 050505)
East at Easter (Sparkle in the Rain, 1984)
Up On The Catwalk (Sparkle in the Rain)
Book of Brilliant Things (aunque originalmente en el Sparkle in the Rain, sólo tocaron la segunda parte en una versión casi idéntica de la del directo In the City of Light, 1987)
See the Lights (Real Life, 1991)
Big Sleep (New Gold Dream (81, 82, 83, 84), 1982)
All the Things She Said (Once Upon a Time, 1985)
Waterfront (Sparkle in the Rain)
Hypnotised (Good News from the Next World, 1995)
Jeweller (part 2) (Black & White 050505, aunque originalmente incluido en el álbum que jamás vio la luz, excepto como parte del Silver Box, Our Secrets Are the Same)
Underneath the Ice (Black & White 050505)
Someone, Somewhere in Summertime (New Gold Dream (81, 82, 83, 84))
Speed Your Love To Me (Sparkle in the Rain)
Don't You (Forget About Me) (banda sonora de El club de los cinco)
Dolphins (Black & White 050505)

Eddie Duffy al bajo y Mel Gaynor a la batería
Primeros bises:
Different World [TAORMINA.ME] (Black & White 050505)
Seeing Out the Angel (Sons and Fascination, 1981)
New Gold Dream (81, 82 ,83 ,84) (New Gold Dream (81, 82, 83, 84))

El brazo que molesta es mío...
Segundos bises:
Stranger (Black & White 050505)
Glittering Prize (New Gold Dream (81, 82, 83, 84))
Alive and Kicking (Once Upon a Time)

Jim, Stay Visible!
El concierto empezó a las 22.00h; la apertura de puertas se produjo a las 20.30h y no hubo artista invitado. Aunque entramos de los primeros (a las 19.15h ya estaba en la cola), al ser el escenario más cortito de lo habitual para un grupo que se especializó en los conciertos de estadio, la gente ocupó enseguida la parte central y la izquierda (a la derecha del cantante) del frontal de la tarima para estar cerca de Jim Kerr y de Charlie Burchill. Así que nos pusimos a la derecha (izquierda del cantante), cerca de los altavoces y del pie de micrófono del bajista Eddie Duffy, un tipo francamente divertido, muy expresivo y muy comunicativo con el público. Y muy bueno técnicamente con el instrumento. De jovencito, cuando entre mis sueños se contaba el que hemos tenido casi todos, tocar en un grupo, mi instrumento iba a ser el bajo, y de hecho tengo uno en casa, ocupando sitio.

Por cierto, que Ana, una amiga nuestra que venía a verlos por primera vez, y a la que convencí que el mejor sitio era cerca de Eddie Duffy, me dio la razón: le pareció un músico muy atractivo. ¡Eddie, me debes una, que te consigo fans! :D

Eddie Duffy, el nuevo y espectacular fichaje de la banda
La gente empezó a impacientarse sólo apenas un cuarto de hora antes del inicio del concierto. Os podéis imaginar la media de edad :) Mi sobrino, con 28 años, era de los más jóvenes.

¿Y qué decir del show en sí? Una gozada. De los que les he visto, sinceramente sea en el que mejor he conectado con ellos. Mi primer concierto fue en la gira del Real Life y, aunque aún arrastraba público (un Palau Sant Jordi lleno hasta la bandera), presentaban un disco para mí decepcionante. Y peor aún, era la primera gira sin Mick MacNeil, ex teclista que le daba esa amalgama al sonido de los de Glasgow que perdieron hasta este último Black & White 050505. Después vinieron las giras del Good News from the Next World, donde ni siquiera contaban con Mel Gaynor en la batería y venían con un disco que entraba de lleno en el AOR, rígido y repetitivo; Néapolis, en la sala Luz de Gas y con invitación que no conseguí; The Floating World Tour, en el campo de fútbol municipal de Silla (Valencia) medio lleno (medio vacío), con unos músicos excelentes en el escenario pero con un ambiente... vacío; y un concierto en el jardín del Palau Sant Jordi, en los actos... del centenario de Harley-Davidson. Público heterogéneo, pero con los chicos exudando vitalidad.

Ayer salieron a actuar con las entradas agotadas, con más de 25 años a sus espaldas, y con ganas, muchas ganas de sentirse jóvenes. Jóvenes y despreocupados. A Jim Kerr no lo atenazaba esas ganas de hacerse gustar, no dio ninguno de sus típicos saltos a lo "Kick It In", gesticulaba de forma comedida y, sobre todo, salió a disfrutar. Charlie Burchill siempre disfruta en los conciertos. Su estampa típica es una sempiterna sonrisa, siempre por detrás del cantante, y dirigirse al público y corear la canción sin micrófono. Nunca oiréis a Charlie por los altavoces, pero es innegable su pasión por la música.

Charlie arrancando un sonido brillante a las guitarras; Jim, en olor de multitudes
Ya os he dicho que Eddie Duffy es muy bueno. Corrijo. Es un crack. Tiene un estilo seguro, depurado, pero su sonido es espectacular. Una de las grandes bazas de los Simple Minds está en su sección rítmica, y con semejante bestia a la batería como es Mel Gaynor (cuya batería ayer estaba apantallada, supongo que para no atronar a sus compañeros de escenario) se necesita un bajo potente.

Y en los teclados, Mark Taylor. Un teclista competente, pero cuyo sonido en la gira del Real Life era demasiado artificial, demasiado de órgano, que no casaba con el sonido habitual. Bueno, ayer lo pillé en un acorde a destiempo, pero, ¡ey!, es la magia del directo.

Como decía, el grupo salió sin grandes pretensiones. Venían a disfrutar, y sin la preocupación por demostrar quiénes son, pudieron disfrutar e hicieron disfrutar al público. Un público que no saltó tanto como saltaba hacía 15 años. Un público bastante más relajado, pero que respondía a los requerimientos de Jim a participar, a corear, a tocar las palmas y, si hicieron la mitad de burradas que hice ayer, hoy habrán tenido dificultades para poder hablar y se habrán masajeado las piernas para aliviarse las agujetas.

La máquina en marcha
Bueno, la mayoría bailaba, movía la cabeza... Algunos, empero, aún se comportaba (nos comportábamos) como adolescentes alocados. Detrás nuestro, un grupo de fans, por el acento británicos, nos empujaron contra la valla. Le cambié el sitio a Nuria y me puse delante. La única que siguió fue una chica que intentó colarse entre los dos. Se retiró cuando se dio cuenta de que éramos pareja. Se puso detrás mío, apretujándome, y durante el "Home", al saltar, me restregó sus senos contra la espalda. Trece años atrás, una chica tan guapa me hace eso... En fin, la situación era, cuanto menos, embarazosa. Le dejé un hueco en primera fila. Coreó todas las canciones, le lanzó besos a Eddie, a Jim, saltó, bailó... Hay gente que nunca perderá esa ilusión y ese entusiasmo :)

El concierto se inició con las dos primeras canciones de su último álbum, poniendo en marcha la máquina arrolladora: pletóricas, vibrantes, arrancando los primeros coros de la noche. Tras 15 años de discos que no cuajan, han dado con los primeros auténticos himnos para los directos. Fue toda una declaración de intenciones: la máquina estaba bien engrasada y se dirigió al álbum más tenso y crudo de su carrera. Con "Book of Brilliant Things" llegó el momento para el lucimiento de Mel Gaynor. ¡Cómo destroza la batería! Literalmente... No sé si fue tras "See the Lights", pero los del crew tuvieron que sustituirle uno de los parches.

They don't forget about us!
Para fans que han seguido al grupo durante tantos años, fue un regalo para nuestros oídos esos clásicos menos populares, menos facilones que los éxitos como "Don't You" o "Alive and Kicking". Y para ellos, para nosotros, cantaron con brío "Up On The Catwalk" o "All The Things She Said". "Waterfront" arrancó la primera de las ovaciones que acabaron con mi garganta. Pero mereció la pena. "Hypnotised", empero, calmó al público. El único momento que no me convenció. "Jeweller" volvió a prender el combustible, alternando con esa maravilla tecno new wave de "Someone, Somewhere In Summertime". "Don't You", esa canción que Jim tanto odia, puso el público en pie, cantando el coro con una pasión que dejó descolocado al hombre. Después de la tormenta, la calma. "Dolphins" es una de las composiciones más preciosas que han hecho últimamente.

Los bises: "Seeing Out The Angel", rescatada del 81, una joya electrónica, un portento de base rítmica, un retumbar de graves en el estómago. Una gozada. Y "New Gold Dream" salvaje, brutal, quizá la mejor canción de la noche. Segundo bis: "Stranger" funciona con un ingenuo "la-la-la" que funciona como los clásicos. Y el cierre, la apoteosis, con "Alive and Kicking".

Alive and Kicking
¿Os dije que estaban muy comunicativos? Jim se acercó a cantar con el público, a saludar al público, a estrechar manos en grupos, a sonreír, a guiñar el ojo (a la chica de al lado), a sonreírle a un friki ingenuo a la par que... que agarrándose a la valla saltaba muy por encima de los demás. Al acabar "Dolphins" Jim, bastante comedido en público, soltó un you are a fuckin' fantastic audience bastante inusual.

Disfrutamos todos, ellos y nosotros. Y, al acabar el concierto, los músicos se acercaron al borde del escenario, repartieron algunas púas, y Mel Gaynor bajó a estrechar manos.

Y estrechó también la mía.

Aclaro que no soy mitómano, pero no voy a negar que me hizo mucha ilusión.

Y así, ronco, con los oídos zumbando, cansado, pero contento, muy, muy contento, me reencontré con los amigos y salimos del Razzmatazz, satisfechos con lo que habíamos vivido.

Jim, Charlie, Mel, Eddie, os espero algún día de nuevo por Barcelona. Stay visible!

lunes, marzo 13, 2006

Confesiones de un friki algo inocente a la par que nervioso

Apenas tres horas para el concierto. ¡Estoy que me subo por las paredes!

Uno de los mejores discos en directo de los ochenta: In The City of LightsA veces, esta ilusión en ocasiones infantil hace que uno cometa alguna tontería. Porque veréis, los Simple Minds han formado y forman aún una parte importante de la banda sonora más íntima de mi vida. Han estado en el primer amor, me han sacado de las depresiones post-calabaza (que ha habido más de una); han sido el combustible de la adolescencia, la sintonía de las dudas filosóficas, los compases del paso a la vida adulta. Han estado ahí sacándome de los peores momentos, y haciéndome vibrar en los mejores. Caramba, si hasta mis sobrinos tocaron "Alive and Kicking" cuando entraba en la iglesia y me dirigía al altar a esperar a que llegase la novia.

(Sí, me casé por la iglesia. A Nuria le hacía ilusión, y me dije "¿Por qué no?". Tampoco fue tan duro: el cura fue enrolladete. Ah, para los curiosos: en la entrada de la novia sonó la marcha nupcial que todos conocemos. En la salida: "Throne Room", de John Williams -sí, la marcha de la victoria del episodio IV y original de Star Wars.)

A ver, que me desvío.

Como os decía, Simple Minds es, para mí, un grupo muy especial. Y cualquier cosa relacionada con ellos me hace especial ilusión. Como lo sería, por ejemplo, sacarles algunas fotos.

¿Os habéis fijado cómo, cada vez más, aparecen flashes en los conciertos? La prohibición de introducir material fotográfico en los recintos es cada vez más laxa, teniendo en cuenta que muchos ya cuentan con pequeñas (y no tan pequeñas) cámaras digitales en los móviles. Y requisar un móvil es mucha tela. Pero yo no veo tan sólo móviles alzados entre el público. También cámaras digitales. No llevé nuestra cámara al concierto de U2 por la consabida prohibición que indica en el reverso de la entrada. Y allí había casi más cámaras que asistentes.

Si la gente entra cámaras y se llevan un recuerdo a su casa, ¿voy a ser tonto y me voy a conformar sólo con el recuerdo? Que no es poco, por otra parte.

Sin embargo, está expresamente prohibido.

Si la llevo, ¿me la requisarían?

¿Voy a dejar pasar la oportunidad?

¿Qué mejor que preguntar? Pues ni corto ni perezoso: esta tarde entro en la web del Razzmatazz, sección "Conciertos", miro la ficha del concierto: hay un teléfono de información, que corresponde a la promotora Doctor Music.

Voy a quedar como un idiota, pero es igual. Llamo. Atiende una voz femenina.

-Buenas tardes.
-Buenas tardes. Disculpa que te moleste. Esta tarde voy a ir al concierto de los Simple Minds a la sala Razzmatazz, y bueno... Ya sé que en la parte posterior de la entrada se prohibe el acceso de material fotográfico, pero tengo una cámara digital no profesional, y como hoy en día se ven muchas en los conciertos, me preguntaba si estaría permitido, ya sabes...
(Breve silencio)
-Bien -contesta, con tono afilado-, ¿qué es lo que pone en la entrada?
-Vale, que no está permitido. Ya me has contestado la pregunta. Es que, como todo el mundo mete cámaras, me daría rabia dejar pasar la oportunidad. Muchas gracias por todo. Buenas tardes.


Ejemplo de foto que me gustaría sacarY cuelgo, porque del otro lado no van a contestar a mi saludo. De acuerdo que yo solito ya quedaba como un imbécil, pero que te lo restrieguen es algo que ya me ha sacado de las casillas. Si yo contestase así a todo el que me pregunta cuándo estará Festín de cuervos, otro gallo me cantaría :D

Si no esta noche, mañana os hago un pequeño resumen de la velada.

Stay Visible!

domingo, marzo 12, 2006

Con las entradas agotadas...

Fotograma del vídeoclip 'Home'
... y no hace mucho. Pero, al menos, no será tan embarazoso como el concierto que ofrecieron en Silla (Valencia) hace unos tres años, en el estadio municipal de fútbol, en el que el escenario estaba situado en un lateral (casi en el córner, oye) y, al girarte, veías más arena que gente en la parte de atrás.

Jim Kerr, Charlie Burchill, Mel Gaynor (en la batería) y Eddie Duffy en acciónMañana es el gran día: Simple Minds en Razzmatazz. Ya llevan mes y medio de gira, sin contar los shows previos (uno de ellos celebrado en la sala Aqualung de Madrid, y que, por lo que me dijeron, grabaron cámaras de Antena 3. Si alguien se entera de su emisión, por favor, que deje aquí un comentario, plis plis plis).

Portada del suplemento Què Fem de La Vanguardia Por lo que se comentan en listas y en la mejor web que hay sobre ellos, Dream Giver, parece que vuelven pletóricos de forma. Incluso tienen cobertura en prensa, con portada en el suplemento de fin de semana de La Vanguardia. Ya os contaré cómo ha ido :D

martes, marzo 07, 2006

Injerencia

Esta tarde, hablando con Teresa, de La Frutería de Sentmenat, me he enterado de la siguiente noticia (lo siento, no he encontrado ningún enlace en castellano y gratuito, a excepción del diario ABC, que difiere "ligeramente" en la versión...).

Parece mentira que aún hoy en día hayan instituciones que persigan un ejercicio tan sano como el de la sátira. Por lo visto, tampoco queda tan lejos de aquí la condena del tipo que recibieron los humoristas gráficos daneses por las caricaturas de Mahoma. ¿Condenarán también los carnavales de Cádiz, las fallas de Valencia, las contraportadas de Ferreres en El Periódico?

jueves, marzo 02, 2006

Los correctores: tan necesarios

Pulsando sobre el título del artículo, o aquí, leeréis una entrada del 24 de febrero de la bitácora Addenda et corrigenda, en el que se reproduce un artículo del escritor (y presentador de un interesantísimo programa sobre libros en la autonómica catalana, Alexandria) Màrius Serra sobre la necesidad de la figura del corrector literario.

Os aseguro que el trabajo de un buen corrector es casi indispensable para ofrecer un libro cuya lectura sea todo un placer. Y también que, cada día más, ya sea para ahorrarse costes o por presiones de plazos de entrega, se prescinde de ellos.

Falta, evidentemente, la reivindicación a que su trabajo, además, esté bien pagado.