Inga... ¿De dónde has sacado ese nombre, space (que si te llamo Álex, aún la gente va a confundir nuestras identidades)? Qué bueno: después de otra semana más en la que ni he podido acercarme al blog, llega el sábado y me encuentro con esta historia ¡de hace casi veinte años! Donde, para colmo, encimas me aireas asuntos personales. Después me dices que no maduramos, pero macho, tú te has quedado férreamente anclado al pasado. ¿Y crees que de ahí puede salir algo bueno, algo productivo?
En fin, tampoco quiero meterte caña, y menos en público, que estas cosas son para comentar ante un par de cañitas, y así me cuentas de Inga (nombre figurado), a la que hace tiempo que tampoco veo. ¡Qué ilusión que también se acordase de mí!. Es curioso cómo, en una ciudad como la nuestra, hemos perdido el contacto con amigos y conocidos. Igual me he cruzado en la calle con algunos de nuestros amigos y, despistado como soy, ni me he dado cuenta. Es algo que casi me asusta: que los años me borren la memoria de esos amigos, y con quien me encuentre ya sea un completo desconocido. Veinte años desde la última vez que vi a Inga (nombre figurado)... y a la otra chica, la del enamoramiento paulatino y dos años de persistencia de la memoria (y cuyo nombre, ni real ni figurado, voy a dar: has de aprender a ser un poco más discreto en esto de la blogosfera, so jashondo). Casualmente me pasó lo mismo con ella que a ti con Inga (nombre figurado): compartimos pupitre, estudios, preocupaciones, el miedo por la Selectividad (que yo superé y a la que ella no llegó). ¡Qué patético que tuve que parecer, yéndola a ver al año siguiente en los cursos nocturnos de COU! Sí, esos que nuestro Govern quiere eliminar. Ya sabes: si eres pobre y necesitas trabajar, no tienes derecho a una educación. ¿Seremos más dóciles así? Supongo que sí.
Ya vuelvo a divagar. Por cierto, cuánto se parecían Inga (nombre figurado) y ella. Buenas personas, sencillas, cariñosas, discretas... y ambas con pareja. Pero tú contabas con un desparpajo y una valentía de la que yo carecía. Porque, seamos sinceros, ni tú ni yo éramos los más atractivos del pueblo.
No voy a desvelar nada, que veo que has dejado la historia inconclusa, aunque yo no la recuerdo exactamente como la cuentas. El músico, ¿era el novio de Inga o el de Marga? Space, o te guardaste algunos detalles todo este tiempo, o...
Otra cosa que me intriga: ¿me pediste colaborar en el blog para desgranar viejas memorias? No veo su relación con la necesidad que me indicaste (sí, ya, tampoco es un tema que se tenga que discutir en público; pero, como decía antes, soy un despistado, y seguro que cuando nos veamos se me olvida preguntártelo).
sábado, mayo 10, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario