Hola, me llamo Álex...
«Vaya —pensaréis algunos— ¿qué se habrá tomado este que se vuelve a presentar?»
El truco es que me llamo Álex... pero no soy el mismo Álex.
Álex (vamos a llamarlo Álex(1) para distinguirnos de mí, Álex(2)) nos conocemos desde hace muuucho tiempo; más o menos desde que empezamos los dos el instituto. Lo tenía visto del barrio, sí: un tipo menudete, achaparrado, encerrado en sí mismo. ¿Sabéis esa gente que camina siempre encorvada, con los hombros echados para adelante, como cerrándose en una especie de torreón que forman estos, los brazos metidos en los bolsillos y la cabeza acotada? Pues así era. No parecía alguien muy divertido. Alguna vez jugó a fútbol en el parque dels Pinetons con la pandilla que lo frecuentaba, gente que se ha ido dispersando y que, cuando se cruzan por la calle hacen ver que ya no se conocen. Algo que me da mucha rabia. En fin, que me despisto (como ya os iréis dando cuenta).
Pues como decía: aquel chaval no parecía alguien muy divertido. Bueno, sí: de tan bueno que era, era tonto. Rehuía las peleas (y los chavales, entonces, cuando no estaban a la vista de los padres, podían llegar a ser muy crueles), pero alguna vez lo vi defendiendo a amigos que después lo apuñalaban. Me daba pena, sinceramente. Pero cuando coincidimos, ya en primero de BUP, pareció cambiar algo. Abrirse a la gente, animarse, relacionarse, confiarse, hacerse con un grupo majo de amigos. No diré eclosionar, pero quizá sea la palabra más adecuada para el cambio que (me pareció que) observé en él.
Nos hicimos buenos amigos. Y, en aquella época de enamoriscamientos, nos confiamos secretos, anhelos e ilusiones.
Álex(1) no tuvo mucha suerte con las muchachas. Y el caso es que no les desagradaba, pero él no se lo creía. Otra vez el mismo problema: de tan bueno, las chicas confiaban en él como a un amigo íntimo, pero nada más. Y en COU se quedó colado hasta los huesos de una compañera de curso, tan buena como él, y se dio de bruces con ese problema. Le faltaba la chispa, la intención, o un punto canalla. Yo no tenía tantos problemas; tampoco era un donjuán, pero no sufría de los complejos de Álex(1), complicados por esa educación católica restrictiva en que el ardor juvenil se considera más cochino de la cola de un cerdo, por su timidez, por su inseguridad... Ah, a veces me exasperaba. Intentaba de todas las maneras posibles aconsejarlo, motivarlo; le contaba historias (en ocasiones inventadas, de acuerdo, pero ¿no están todas las historias ya contadas? Pues seguro que no mentía en ninguna de ellas); le recomendaba libros (ambos compartimos esa afición por la lectura y por la escritura; ninguno de los dos hemos llegado muy lejos, por eso...).
Sin embargo, salió de ese bache. Y de un segundo. Y aquí lo veis, felizmente casado con una muchacha preciosa, maravillosa, una persona generosa, cariñosa...
Y yo me encuentro metido en un auténtico lodazal.
La historia viene de lejos. De hecho, arranca cuando nos conocimos. No es una situación desesperada pero, abusando de su confianza (y mira que hacía tiempo que no hablábamos), estos meses le he ido desgranando cómo mi relación (mejor dicho: mis relaciones) se me han enredado de tal manera que mi vida parece casi casi de novela.
Y necesitaba escribirlo en alguna parte, y Álex(1) me propuso:
—Oye, ¿por qué no colaboras en mi blog? Antes, cuando éramos jóvenes, nos atrevíamos con cualquier cosa.
Yo creo que no lo he meditado lo suficiente. Hay gente que me conoce, y que conoce a Álex(1): yo podría vérmelas con ellos, pero Álex(1) ha insistido tanto que no he tenido más remedio que plegarme a ello.
Aunque, cuando lea esta presentación, igual echa pestes de mí. Y es que sigue siendo ese chaval inocente de hace veintitantos años.
En fin, a ver qué sale de todo esto.
Me llamo Álex(2). Encantado de conoceros.
viernes, abril 18, 2008
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8 comentarios:
Benvenutto, Alex (2), clon, miniyo ;-)
Por cierto, dile al (1) que a ver cuándo escribe la versión barcelonesa de "Hagan sitio..."
Ooooooh, ahora entiendo los crueles comentarios de sobremesa y esos sms del estilo "me ha mojado la mano"... XD
Encantado de conocerte "Álex 2" (Nota mental: Le tengo que contar al malvado Carlos lo de tu 2ª personalidad...)
Gracias, manu... aunque lo del clon no lo llego a entender... Supongo que, cuanto más postee, más clara quedará nuestra relación ;)
En cuanto a Álex(1), su problema es que es un inconstante. ¿Te has fijado cuánto hace que no postea? Desde hace casi un mes. Creo que, aunque me comentó en tono jocoso que iba a subir el "Highway to Hell" para conmemorar su paso a la vida adulta (cosa que creo que no ha hecho ni hará nunca), esos dos guarismos lo han marcado bastante. En fin, yo le insisto para que se deje de tonterías, estructure todas las ideas que tiene en la cabeza, se olvide de su complejo de inferioridad (seamos sinceros: no es Borges, pero tampoco Dan Brown. Yo le doy un voto de confianza) y haga algo productivo de una p... vez.
Antonio: ya me comenta Álex que os lo pasáis bomba en la sobremesa. A ver si quedamos algún día ;) No, no tengo doble personalidad, sólo una personalidad "marcada" o "dominante", si queréis llamarla así...
No he podido evitar pensar en el club de la lucha...
¡Oño! Ahí, ahí, Alex 1 necesita que lo espabilen (o castiguen) en el club por su escasas aparaciones en su propio blog.
para conmemorar su paso a la vida adulta
Me he quedao sin palabras :P
Pero... ¿qué es esto? ¿Vosotros dos Álex también habéis visto un rayo de luz rosa?
A ver si quedamos un día los cuatro (Álex 1, Álex 2, Juanma 1 y Juanma 4). :-P
Cocó Violante (Violante 2.0) saluda a Álex (2) (¿somos replicantes?.)
Benvenuto :)
"Pero, claaaaaro", como diría Zentner,"es que no hay un solo yo sino muchos yo".
Esto quiere decir que si te pasas la vida tratando de poner un poquito de orden, es posible (intuyo) que te frustres; pero si lo ves así como una fiesta, oye, pues está divertido...
En cualquier caso, encantado de conocerte Alex1.
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